1. Los sueños no se hacen realidad, son una realidad


    Fecha: 23/08/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos

    ... orgasmo.
    
    Después de la contienda me incorporo en la camilla sin saber exactamente lo que se espera de mí. La verdad es que yo estoy lista para marcharme. Mentiría si digo que no he disfrutado, cuando pensaba que podía ser mucho peor, pero ahora quiero irme, sea como fuere, parece ser que no son esos los planes de la pareja de excéntricos. No sé en qué momento se han desnudado, pero los dos están como Dios los trajo al mundo (igual que yo) a excepción de sus máscaras. Ahora puedo ver que ella posee un cuerpo verdaderamente atractivo. Los zancos realzan su figura. Sus pechos son de proporciones perfectas, ni grandes ni pequeños, apuntan hacia arriba como si fuesen dos peras. Su sexo está adornado por una fina tira de pelillos en tonos claros y en su parte inferior está perfectamente depilado. La anatomía de su compañero es más común, pero exhibe una polla que sobresale como una espada, aunque hablando de armas, más bien parece un arco. Una gruesa vena recorre la parte superior ramificándose en otros capilares más pequeños. No la tiene totalmente tiesa, pero es imponente igualmente.
    
    Él me coloca a cuatro patas sobre la cama de agua y yo no opongo resistencia, sino que me dejo hacer. Apoyo mis codos en el lecho e imagino lo que viene a continuación, de modo que no tengo que esperar mucho para sentir la cabeza de su polla pasearse por mi raja, y con ello excitándome cada vez más. Empiezo a mover mi culo exhortándole a que me la meta y de un golpe seco me la incrusta hasta el tuétano. Me ha hecho un poco de daño, pero es soportable. Ahora empieza a percutir en mi interior y percibo como va ganando firmeza al tiempo que embiste con contundentes golpes de riñón.
    
    La mujer se recuesta delante de mí abriéndose de piernas y empieza a masturbarse al mismo tiempo que su compañero arremete como un energúmeno. Reconozco que estoy gozando como una puta pese a mis reticencias iniciales. El hombre me fornica con brío, se aferra a mis ancas y me hace gozar como nadie. No sólo es dueño de un buen cipote, sino que sabe muy bien cómo usarlo. Su polla me llena por completo y con cada embate me acerca un poco más hasta donde está la mujer rubia, con lo cual, ahora tengo un primerísimo plano de su raja a veinte centímetros de mi cara y, mientras recibo la ración de pollazos del hombre enmascarado, catwoman me coge la cabeza y la acerca a su gruta. No sé muy bien qué hacer. Tengo la nariz en su sexo, estoy oliendo su aroma de mujer y la verdad es que no me desagrada, sino que me embriaga. Está moviendo su pelvis sobre mi boca espoleándome a que se lo coma y sólo lo pienso unos segundos hasta que meto la lengua allí, repasando la raja, igual que me gusta que me lo hagan a mí. Notó como sus flujos resbalan por el canal y mi boca los atrapa con voraz apetito. Percibo que se excita cada vez más con la actividad que mi lengua le dispensa, lo cual es un indicativo de que lo estoy haciendo bien. Tengo que parar un momento porque el puntal que amartilla dentro mis ...
«1...3456»