1. Los sueños no se hacen realidad, son una realidad


    Fecha: 23/08/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos

    La cabeza me da vueltas. Es el frío el que me despierta. Tengo los pies congelados y la humedad me está calando hasta los huesos. Estoy completamente desnuda y temblando. Intento abrir los ojos, pero me pesan los párpados, aun así consigo entreabrirlos con denodado esfuerzo. No sé dónde estoy. Lo que sí sé es que estoy retenida aquí en contra de mi voluntad. Deben haberme drogado. La oscuridad envuelve la estancia. Sólo dos pilotos de emergencia alumbran el lugar con una luz exigua que me permite comprobar lo siniestro del lugar. Creo que se trata de un sótano. Compruebo que estoy retenida cuando intento levantarme y dos argollas en las muñecas me lo impiden. Empiezo a valorar la situación y entro en pánico. Pruebo a deshacerme de los grilletes con movimientos bruscos y con ello advierto que también mis tobillos están sujetos. No sé si gritar o si eso empeorará la situación todavía más.
    
    ¿Qué ha pasado? ¿Cómo he llegado hasta aquí? Es evidente que me han secuestrado, pero no recuerdo nada. De lo último que me acuerdo es que iba a coger un taxi, le hice el alto y se detuvo, pero ahora que lo pienso, alguien me empujó al interior y entró detrás de mí. ¿Eso es todo?... No. también recuerdo una fragancia femenina, pero a partir de ahí todo se desvanece.
    
    Cuando mi vista se acostumbra a la penumbra, echo un vistazo a mi alrededor y observo la estancia. Hay una gran cama redonda de agua e innumerables juguetes sexuales: consoladores de todo tipo, máquinas sexuales a las que se le acopla el dildo deseado. Parece ser que cualquier práctica sexual imaginada puede ser satisfecha en ésta sala, desde el sadomasoquismo hasta la autosatisfacción con artilugios de todo tipo. Látigos, argollas, esposas, cadenas, potros e incluso varios robots japoneses de última generación parecen encontrarse aquí para satisfacer los más exquisitos gustos, pero también los más depravados caprichos. Todo ello se une para aumentar mi desasosiego porque puedo imaginarme cual es mi cometido aquí. Algunos sofisticados aparatos contrastan con lo sombrío y tétrico que es el lugar, de tal modo que todo parece estar en discordancia.
    
    Ahora que lo pienso, no sé realmente cuanto tiempo he dormido, ni tampoco el tiempo que ha pasado desde que me secuestraron. Supongo que serán horas, siendo así, mi esposo estará preocupado porque ya me dirigía a casa cuando intentaba coger el taxi. A lo mejor ya ha llamado a la policía y están buscándome. Espero estar en lo cierto y que todo esto pase como si hubiese sido un mal sueño.
    
    Oigo pasos. La puerta se abre y un chirrido rasga el silencio de la estancia. A continuación una silueta avanza desde la puerta. No puedo ver quién es. El contraluz me impide reconocer sus rasgos. Viene hacia mí. Estoy muy asustada y me pongo tensa. Alguien más entra y cierra la puerta detrás. Ambos se aproximan y se colocan junto a mí, uno a cada lado. Una luz se enciende y ahora puedo verlos, aunque la iluminación sea tenue. Los dos llevan un antifaz. El hombre ...
«1234...»