El verano está para quemarse - Relatos Eróticos

El verano está para quemarse

... fuerza inusual para ella, obligándola a empaparse de sus jugos y sentir entre sus piernas los choques de la follada que Álvaro le estaba dando por detrás. Se miraban fijamente a los ojos identificando aquel placer puramente carnal.

Te gusta cómo te folla mi marido? eh, Rocío? O debería decirte zorra? Eh? Te gusta? - le balbuceaba Lucía a su amiga que disfrutaba como loca de las acometidas de Álvaro.

Sí… ahhhh… joder, qué bien folla tu marido joder… sí… soy vuestra zorra, vuestra mejor zorra ahhhh utilízame joder… ahhh - contestó Rocío entre jadeos mientras no cesaba en sus lametones sobre el clítoris de Lucía.

Dale fuerte joder, dale fuerte que se está poniendo muy puta. - Le ordenó a su marido, quien aumentó aún más el ritmo de sus embestidas, lo que a su vez provocó que Rocío se comiera con más avidez el coño de su amante femenina, metiéndole los dedos y lamiendo su clítoris con movimientos frenéticos de su lengua - aaaaaahhhhh síiiiiiiiii uffffffff ahha si ahhh uffffff - Y Lucía se corrió por segunda vez apretando la cabeza de su amiga entre sus piernas y dejándola inmóvil para que Álvaro se la follara como si fuera un juguete a su disposición, con el culo completamente abierto y erguido.

Lucía acompasó como pudo su respiración y se dispuso a levantarse para pasar un momento por el baño, no sin antes decirles con tono provocador que se portaran bien. En ese momento, al levantarse vió a Alberto apoyado sobre el marco de la puerta de la habitación, observado la escena de su mujer siendo follada por otro hombre y con el mástil de nuevo completamente hinchado y masturbándose. Tenía la boca entreabierta, lo estaba disfrutando mucho. Lucía llegó hasta donde estaba, Alberto la miró unos segundos pero él devolvió rápidamente la mirada hacia la escena sobre la cama, donde las embestidas sobre su mujer eran brutales.

Al final lo han conseguido… pero veo que te gusta… - le dijo Lucía casi en un susurro cuando llegó a su altura para seguidamente apartar la mano de Alberto y cogerle la polla dura para seguir masturbándolo - Te gusta, Alberto? Te gusta cómo mi marido se la folla? Cuando se pone animal es un gran follador, y parece que tu mujer, perdón, la puta de tu mujer lo está consiguiendo - le seguía susurrando y masturbando. Lucía notaba a la perfección las venas hinchadas de aquel miembro que estaba disfrutando de tocar. Se la soltó, se dirigió al baño y desapareció durante unos minutos, dejándolo allí con la verga tiesa y apoyado sobre el marco de la puerta.

Al volver, con cierta calma, pero sin que la excitación desapareciera por completo de su cuerpo vio una diferencia en la escena. Alberto seguía apoyado en la puerta mientras se tocaba observando la situación, pero esta vez Rocío estaba a horcajadas sobre Álvaro, que se había tumbado boca arriba, por lo que era ella la que llevaba el ritmo de su polla clavada en su interior. Su marido le daba fuertes palmadas en las nalgas con una mano mientras con la otra pellizcaba sus pezones. ...