1. En el mercadillo con el padre y el hijo


    Fecha: 22/08/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... advertir que había visto a su padre haciendo sus necesidades sin vergüenza alguna y que yo le había cazado en medio de la faena.
    
    Mi cabeza no paraba de darle vuelta al recuerdo de las imágenes de éste hombretón con ese pedazo de herramienta en la mano y soltando una meada descomunal. En mi interior algo me hacía cosquillas, iban desde la boca de mi estómago hacia la entrepierna e incompresiblemente mi sexo ya estaba húmedo. Y lo peor de todo, tenía que volver a pasar por delante del puesto del mercado para volver a casa.
    
    Me quedé pensando unos 5 minutos sin poder quitarme de la cabeza aquella situación, cuando al final me armé valor y decidí volver hacia atrás.
    
    Puse camino hacia casa a pasos agigantados, mis ojos no dejaban de mirar el suelo cuando de repente alguien me llama. La voz era claramente la del chico del puesto de bragas y sujetadores, no iba a parar, lo tenía más que claro, salvo que en su tercera e insistente llamada me dijo “Señora, que se ha dejado la cartera”.
    
    Bufff, eso me desconcertó totalmente, ya no tenía otra elección que volver pasos atrás y recoger la cartera.
    
    La sonrisa del padre e hijo al llegar al puesto era más que evidente una mezcla de complicidad y perversión a la vez. Pedro, que así se llamaba el padre, me dio la cartera sin perder la oportunidad de rozarme con sus fuertes manos. Su tacto me dio un escalofrío, su mirada era penetrante, el pelo canoso y sus rasgos de hombre fuerte provocaban en mí una atracción que no podía controlar. Bueno, eso y que llevaba más de una semana sin mi ración de sexo.
    
    JAVI – Me llamo Javi y éste es mi padre Pedro a lo que yo tímidamente les contesté que mi nombre era Elena.
    
    JAVI- “Porque no aprovecha y se prueba el sujetador, al final he encontrado el color que buscaba”.
    
    Otro escalofrío recorrió mi cuerpo, solo de pensarlo, que tenía que pasar a la trastienda, quitarme la ropa y probarme la prenda interior, allí al aire libre y a la vista de los dos individuos.
    
    Javi me cogió de la muñeca, empezó a estirar de mí y me puso en la mano el sujetador de color verde turquesa que estaba buscando. Yo tímidamente lo dejé de inmediato en la mesa, intenté zafarme de sus fuertes manos pero siguió insistiendo, y cada vez me atraía hacia el final del puesto de venta.
    
    Pedro, su padre no paraba de mirarme, estaba disfrutando de la situación. Su mirada se clavaba ahora en mis pechos, grandes y duros y se los imaginaba dentro del sujetador verde. Mi respuesta fue totalmente inconsciente y se me pusieron los pezones duros como una roca. Y allí estaba yo, intentando zafarme de su hijo, pero cada vez más cerca del enorme vergón que pocos minutos antes pude ver en todo su esplendor.
    
    La cabeza me daba vueltas, entre el calor y la excitación que llevaba dentro en apenas un minuto ya estaba detrás del puesto de venta y a punto de probarme el sujetador delante de estos dos pervertidos.
    
    Me llevaron dentro de una especie de probador, como una estructura metálica pero rodeada de ...
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