1. Momentos de Claridad - 03 y FINAL


    Fecha: 21/08/2019, Categorías: Infidelidad Autor: San, Fuente: TodoRelatos

    ... lado de la cara con toda la fuerza que pude reunir por la velocidad de la carrera que usé para que el mismo golpe tuviera aún más fuerza al estrellar mi puño sobre su rostro. Él giró y cayó sin una palabra, solo gimiendo de dolor cuando golpeó el suelo.
    
    Antes de que pudiera ponerse de pie le di una patada tan fuerte como pude en el estómago, levantando todo su cuerpo. Esta vez gruñó con fuerza. Volví a intentar patearlo en los testículos, pero esta vez se volvió lo suficiente como para atrapar mi patada agarrándome el pie y tirándome hacia atrás y bien lejos de él. Desequilibrado, caí hacia atrás.
    
    Cuando estuve sobre mis codos mirando a través de la noche oscura, él estaba sobre sus manos y rodillas. Se tocó la frente con un dedo y vió algo oscuro y brillante. Había desgarrado la carne con mi puñetazo, probablemente con el anillo universitario en mi mano derecha que tenía dos diamantes sostenidos con pequeñas puntas.
    
    “- Maldita sea, Luis. No pensé que los tuvieras bien puestos, marica. Por supuesto, tuviste que acercarte sigilosamente hacia mí, pero al menos tuviste las pelotas para tratar de golpearme. Pero ahora te voy a lastimar mucho, y muy mal, chico. Y estaré en lo correcto porque les diré a todos, incluida a Daiana, cómo me golpeaste”.
    
    Estaba tratando de levantarme cuando se lanzó hacia mí. Caí debajo de su cuerpo que era más grande y más pesado, tratando de liberarme. Levantándose un poco, levantó el puño. Ni siquiera lo vi golpearme, pero me dolió como el infierno. Sentí como si alguien me hubiera golpeado un lado de la cabeza con un gong de metal. Hubo un zumbido en mis oídos y la visión en ese ojo se volvió negra por un instante.
    
    Entonces algo se estrelló contra mi nariz y la sangre estaba por todas partes y no pude respirar por un instante. Antes de que pudiera recuperarme de eso, el mundo explotó de nuevo y no pude ver nada. Me pregunté si me había cegado, pero empujándolo por un segundo me di cuenta de que solo era un flujo de sangre en ambos ojos que me cegó por un momento.
    
    Pude mover mi cabeza lo suficiente y nunca estuve realmente seguro de cómo supe moverla para que su próximo golpe me pasara y perdiera el equilibrio y se tropezara. Me puse de pie y cuando él se arrodilló le aplasté la cara con la suela de mi zapato y me deleité al ver el chorro de sangre cuando sentí que su nariz y su cartílago crujían bajo mi talón.
    
    Cayó hacia atrás gruñendo y emitiendo sonidos que no eran palabras. Traté de patearlo de nuevo, pero de alguna manera evitó el empujón y enterró su gran puño profundamente en mi estómago y luego me empujó y me apartó. Caí hacia atrás jadeando bocanadas de aire. Cada vez que respiraba, sentía como si algo afilado intentara salirse de mi pecho. El bastardo me había roto las costillas.
    
    Rodó hacia atrás y se levantó sobre sus manos y rodillas. En la oscuridad, su nariz destrozada y sus gruñidos me recordaron a un peligroso jabalí que había ido a cazar con Ricardo Vidal un día antes de casarme; ...
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