1. El jugador


    Fecha: 21/08/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    ... mujer contra el colchón no debe ser muy agradable, así que sus lágrimas estaban justificadas.
    
    Ana me clavaba las sus uñas en la espalda, Me abrazaba con sus piernas alrededor de mi cadera y mordía mi hombro con cada embestida que yo le daba. Justo antes de llegar al orgasmo giramos sobre ella hasta colocarse a horcajadas sobre mí. Ana se dispuso a cabalgarme. Con las rodillas a cada lado de mi cuerpo. Se recogió la melena en una cola y comenzó un movimiento de amazonas sobre mi polla. Yo notaba como la penetración era profunda. Aquel volcán que era su coño estaba inundado de flujo ardiente. A medida que tomaba velocidad en la cabalgada la joven médica se colocó las manos en la nuca dejándome ver como sus pequeñas tetas con aquellos pezones marrones oscuros, casi negros, se movían de manera hipnótica con cada bote de ella:
    
    -¿Qué estás haciendo puta? –Su novio ya no se cortaba en insultarla
    
    Ella, al oír que su novio, cornudo ya para siempre, la llamaba puta gemía con más ganas:
    
    -Sí joder, que polvazo más rico.
    
    Yo acariciaba su precioso cuerpo, excitado por la situación y el morbo. Me incorporé. La agarré por la cola y tiré de su pelo echando la cabeza hacia atrás para morderle el cuello mientras ella no dejaba de botar clavándose mi polla hasta el fondo. No dejaba de gemir de gusto y su novio no dejaba de resoplar intentando desatarse al tiempo que nos insultaba, totalmente humillado:
    
    -Me voy a correr. –Le anuncié a La chica.
    
    -Hazlo dentro. ¿Te gusta correrte dentro de la vagina de una jovencita como yo?
    
    La tumbé hacia atrás y sin sacársela del coño me volví a situar sobre ella. Su cabeza colgaba por fuera del colchón frente a su novio. Aceleré los empujones contra su coño hasta que vertí varios chorros dentro de aquel joven coño desconocido. La visión que le brindábamos al novio era espectacular. Su novia tirada en la cama con la cabeza colgando mientras un maduro desconocido, arrodillado en la cama, la agarraba por la cadera al tiempo que le embestía pollazos en su coño. Ella gritaba de placer sintiendo como mi polla se clavaba en su coño y se pellizcaba las tetas. Yo resoplaba descargando toda la lefa dentro de su vagina. Y su novio, que ya no lloraba, nos insultaba y maldecía el día que la conoció. Se lamentaba de haber hecho este viaje y de haber aceptado este pago de la deuda.
    
    Los dos caímos rendidos. Yo sobre ella. Habíamos alcanzado uno maravilloso orgasmo y ahora, con los cuerpos sudorosos, estábamos pegados el uno al otro. Mi polla perdía la erección dentro de su ardiente coño y el abundante semen comenzaba a salir entre los labios vaginales de Ana.
    
    Después del polvo nos mantuvimos los tres en silencio por un espacio de tiempo indeterminado. La situación se había vuelto incómoda. De la pasión con que nos habíamos comportados Ana y yo ahora quedaba poco y una sensación de vergüenza incómoda nos embargaba. Ella fue la primera en levantarse y meterse en el baño. Yo comencé a vestirme sin mirar al tipo que seguía ...
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