El jugador
Fecha: 21/08/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
Soy Hans, un tipo bebedor, mujeriego y jugador, mejor dicho, ludópata. Llegué a la Isla de Tenerife hace dos décadas como animador con una cadena hotelera. Tenía 26 años, buen cuerpo y cierto tirón entre las mujeres. Esto hizo que, primero de manera puntual, recibiese proposiciones de turistas maduras, principalmente alemanas. Pero con el paso del tiempo se convirtió en una práctica habitual. Sí. Llegué a cobrar por ello. Ni me avergüenzo ni me arrepiento.
Por suerte, siendo yo mi propio "chulo", podía seleccionar a mis clientas. Evidentemente, siempre eran maduras de muy buen ver, como máximo de 50 años. Ejecutivas en busca aventuras, separadas sin necesidad de rendir cuentas a nadie e incluso atendí peticiones de maridos a los que les ponía que un chico joven se follase, ante sus narices, a sus propias mujeres.
Gané mucho dinero, lo que me llevó a mi otra gran pasión, el juego. Soy jugador profesional de póker. En mi caso, esto ha terminado por degenerar en ludopatía. He perdido muchos miles de €. También lo gané. He estado en timbas clandestinas. He visto a tipos muy peligrosos perder los papeles. Millonarios rusos que han llegado a pagar sus deudas con sus putitas y cobrarlas a punta de pistola.
Dejé lo de cobrar por follar a puretas para hacerlo gratis con chicas más jóvenes. En algunos casos, y dado el paso del tiempo, con alguna de las hijas de aquellas. Espero que ninguna fuera mía. Cada noche, en el Gran Casino de Tenerife, me jugaba mucho dinero y enganchaba a alguna turista. O me iba a una discoteca con la cartera llena para terminar de rematar la noche. La cuestión es que el juego y el sexo forman parte de mi modus vivendi desde hace media vida.
Ahora, a mis 46 (y como diría el gran Joaquín Sabina), "cada noche me invento, todavía me emborracho; tan joven y tan viejo...". Y es que desde que llegué mi himno es el de EL PUTO GENIO (definición de una lectora que me encantó) “tan joven y tan viejo. De manera que:
A penas vi que un ojo me guiñaba la vida
Le pedí que a su antojo dispusiera de mí
Ella me dio las llaves de la ciudad prohibida
Yo todo lo que tengo, que es nada se lo di
Y así crecí volando y volé tan deprisa
Que hasta mi propia sombra de vista me perdió
Para borrar mis huellas destrocé mi camisa
Confundí con estrellas las luces de neón
Hice trampas al póker
Defraudé a mis amigos
Sobre el banco de un parque
Dormí como un lirón
Por decir lo que pienso, sin pensar lo que digo
Más de un beso me dieron y más de un bofetón
Lo que sé del olvido lo aprendí de la luna
Lo que sé del pecado lo tuve que buscar
Como un ladrón debajo de las faldas de algunas
De cuyo nombre ahora no me quiero acordar…
Sigo viviendo en esta bendita Isla. Lo hago de las rentas. Cada noche acudo al Gran Casino Tenerife. Juego, cazo y llegado el momento, si se tercia, me emborracho. Y esta noche de sábado no iba a ser diferente.
Me había levantado junto a una azafata de Iberia espectacular. ...