1. El jugador


    Fecha: 21/08/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    ... Una chica de Barcelona, de belleza nórdica y cuerpo de jugadora de tenia rusa. Había aterrizado en el vuelo Madrid-Tenerife. Hizo noche en la Isla antes de volar a Dusseldorf. Y, bueno, digamos que no se pudo resistir a mis encantos de "maduro interesante. Y esto más que prepotencia era una evidencia. Ya he dicho que llevo media vida follando con mujeres de todas las edades.
    
    A las 10 de la noche me dispuse a salir a cenar y acercarme al Gran Casino. Me encontraba especialmente “golfo” y es que la azafata había sacado lo peor de mí. Así que sobre las 11:30 estaba entrando por el Gran Casino con ganas de jugarme unos cuantos euros y si fuera posible enganchar a otra chica.
    
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    Ana y Carlos se habían tomado estas vacaciones como una última oportunidad a su relación, presa de la rutina. Ambos se habían conocido en la Facultad de Medicina. Lo habían pasado realmente bien. Ambos buenos estudiantes, habían disfrutado de todos los placeres de la vida del estudiante. Entre otras cosas el sexo entre ellos.
    
    Pero el tiempo y la presión habían pasado factura a la pareja. La relación había entrado en una fase de rutina exasperante. El sexo se había vuelto aburrido. Y la atracción entre ambos no era, ni de lejos, la que un día fue. Ana encontraba la explicación perfecta en aquel estribillo de Sabina “le agua apaga el fuego y al ardor los año”. Ahora, ambos ejercían como profesionales en el mismo hospital. Y después de mucho negociar consiguieron que la dirección les permitiese pasar las vacaciones de Semana Santa juntos. Como último recurso para salvar lo que parecía insalvable, la pareja pasaría los cuatro días libres en un hotel en Tenerife.
    
    Aterrizaron en Tenerife Sur un jueves con la clara intención de salvar su relación. Cuatro días después las cosas serían muy diferentes. Durante tres días recorrieron la Isla, subieron al Teide y disfrutaron de la temperatura en la Playa de los Cristianos. Al llegar al hotel lo hacían pero Ana se veía “obligada” a fingir el orgasmo. Durante el sábado Ana estaba decidida a convencer a Carlos para ir al Casino. Era la última noche y le apetecía desfasar un poco.
    
    A sus 27 años, notaba que la vida junto a Carlos se le escapa entre los dedos sin poder remediarlo. La rutina la asfixiaba y el hecho de permanecer junto a su novio era ya una cuestión más de inercia que de una pasión irrefrenable. Tampoco ayudaba como había empeorado sus relaciones sexuales. Esa mañana de sábado había oído la canción de Joaquín Sabina, Pastillas para no soñar. Y algo en su interior se removió de manera definitiva:
    
    Si lo que quieres es vivir cien años
    
    No pruebes los licores del placer.
    
    Si eres alérgico a los desengaños
    
    Olvídate de esa mujer.
    
    Compra una máscara antigás,
    
    Mantente dentro de la ley.
    
    Si lo que quieres es vivir cien años
    
    Haz músculos de cinco a seis.
    
    Y ponte gomina que no te despeine
    
    El vientecillo de la libertad.
    
    Funda un hogar en el que nunca reine
    
    Más rey que la ...
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