1. Viaje de un jubilado (De vuelta en España) 21


    Fecha: 21/08/2019, Categorías: Incesto Autor: tauro47, Fuente: TodoRelatos

    De vuelta al hotel, Fiorela no paraba de elogiar todo lo que había visto de Córdoba, hasta ahora, a la chica le interesaba mucho la historia y allí tenía buen“tajo”. Subimos a la habitación antes de pasar al comedor, allí me preguntó sobre lo que vio con Amalia y yo, me dijo que hasta un santo bien pensante habría supuesto que habíamos follado entre las columnas,
    
    Yo le conté todo con detalle mientras ella se reía sólo de pensar si nos hubiera visto alguien, le pregunté si la guía de los japoneses nos vio, y me dijo que sí, pero no dijo nada porque los japoneses son gente muy seria, le rectifiqué cuando le conté el intercambio de saludos orientales y casi se meó pensando cuando se corriera la voz entre los nipones.
    
    Yo esperé la ocasión y con discreción le pregunté cómo había convencido a Amalia en la noche que la cuidó, ella sonrió, al parecer no lo pasó muy bien, me contó que, en efecto, empezaron hablando de enfermedades pero pronto el tema se desvió hacia las mujeres, empezando por las tetas, eso fue una excusa, dijo que sentía unos dolores y unos bultos extraños por el pecho.
    
    Al ser hipocondríaca, Fiorela le explicó que eso debía verlo un especialista, aún así Amalia insistió para que le hiciera una exploración, antes de que aceptara ya se había quitado la ropa, le mostró que no tenía tetas pero le dijo que admiraba a las que tenían,(como Fiorela), hizo que le buscara, palpando los bultos sospechosos, y al no encontrarlos dijo que aún así, no se quedaba tranquila.
    
    En efecto, la mujer no tenía nada, pero Fiorela quiso demostrarle que no había nada que temer, los bultos que se le notaban simplemente eran las costillas, pero aún así, Fiorela le dejó que ella misma se convenciera pasándole las manos por sus tetas, la cosa fue bien hasta que Amalia se“emocionó” y demás de tocar las preciosas tetas de Fiorela, quiso darles un beso de“admiración”, la médica se negó y le cortó pronto, por eso vino a nuestra habitación antes de hora.
    
    Ahora me llegó el momento de reírme a mí, imaginando la escena, Fiorela terminó riendo conmigo por las aventuras que pasábamos. Después de una ducha rápida, en que yo intenté acompañarla, salimos hacia el restaurante, yo iba muy caliente porque Amalia no terminó de recibir mi polla y Fiorela no me dejó hacer un“rapidito” en la ducha, pues llegábamos tarde.
    
    En efecto llegamos tarde, por lo que nuestra mesa ya estaba ocupada y nos sentamos en otra vacía, de todas formas no nos libramos de los vivas a la médica, nadie olvidaba lo que pasó con Amalia y ella menos, pues era la que jaleaba con los gritos de vivas.
    
    Fiorela tuvo que levantarse varias veces durante la comida para corresponder y cuando por fin nos dejaron comer tranquilos nos dedicamos a“fisgonear” a los vecinos, queríamos averiguar si Paca y Amalia se habían reconciliado y comprobamos que sí, las dos en una mesa aparte, se cogían de las manos disimuladamente cada vez que se pasaban el pan o el agua.
    
    En la mesa de al lado de la nuestra vimos ...
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