1. Noche de discoteca (II). El cabrón del portero


    Fecha: 21/08/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Valentino, Fuente: TodoRelatos

    ... incapaz de mentir, estaba demasiado… ¿alienado? por aquella situación. No lo sé, pero no era capaz de pensar con claridad.-
    
    - ¿Alguna vez habías visto una cosa así? -Continuó presionándome, al constatar mi sinceridad. Se le dibujó esa sonrisa de superioridad en el rostro. Esa sonrisa que tanto detestaba; esa sonrisa que me ponía tan zorra-.
    
    - No, nunca.
    
    - ¿Por qué no la tocas?
    
    - Porque me das asco. Eres un gordo grasiento y sudoroso. Tienes un pollón, enhorabuena, pero a ver a quién convences para usarlo. -Respondí, intentando mostrar seguridad y soberbia-.
    
    Creo que logré sonar convincente, pero mi lenguaje corporal no decía lo mismo. Me era imposible quitarle los ojos de encima a aquella cosa desde que se la sacó, se me estaba poniendo como una estaca y, para colmo, notaba mis mejillas encendidas. Me jodía pensar que, con lo blanquito que soy, seguramente él se daría cuenta. No quería que ese cabrón viera el efecto que su pedazo de miembro provocaba en mí; pensé, de nuevo, en irme en aquel momento. Debería haberlo hecho, pero era incapaz. Aquella cosa era magnética, hipnótica; se ponía más dura por momentos, supongo que ante la idea de tenerme solo para él, de lograr que cediera, de seducirme, de ponerme tan cachondo que tuviera que tragarme mis palabras, y mi desprecio, y clavarme de rodillas ante él. Para colmo, de su polla rezumaba un olor cada vez más fuerte, que me encantaba-.
    
    - ¿No quieres verla en todo su esplendor? ¿No sientes curiosidad? Tus dos manitas no la abarcarían ni de cerca... necesitarías usar también esa boquita de cerda. -Lo dijo con una seguridad pasmosa, como si ya estuviera hecho, mientras se le marcaba, cada vez más, esa repugnante sonrisa de superioridad, al comprobar que no podía dejar de mirarla-.
    
    Dios... Me estaba empezando a poner muy guarra: El tamaño y el olor de aquel pollón, mezclado con el tufo a macho que desprendía el gordo... Y que se atreviera a tratarme así, con esa superioridad, con esa confianza en sí mismo. Siempre he sido muy sumiso en mis relaciones con otros chicos, pero normalmente pedía lo que quería, o se daban cuenta de lo que me gustaba cuando empezábamos a intimar. Nadie, nunca, me había tratado así desde el principio, dando por hecho que era una zorrita desesperada. Pero lo era, o podía llegar a serlo, y él lo sabía, por eso seguía allí delante, con mis ojos clavados en aquella cosa, que continuaba creciendo, mientras él se masturbaba despacio.
    
    -Anda... Cierra la puerta y acércate. Se nota que lo estás deseando. -De nuevo aquel convencimiento, aquella condescendiente seguridad-.
    
    -Solo voy a tocarla por curiosidad, nada más. Después te quedas aquí y te haces la paja tú solito, como supongo que harás todas las noches, fantaseando con follarte a un chico como yo. -Lo dije con sorna, claro, y creo que conseguí sonar superior, como si estuviera por encima de aquello. La realidad, los dos lo sabíamos, era que le estaba dando exactamente lo que quería-.
    
    Me incliné delante ...
«1234...8»