1. Amor de hermanos, Carla y Jorge


    Fecha: 21/08/2019, Categorías: Incesto Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos

    ... bien, o que mal por él. No le dijiste que soy una bolsa en silla de ruedas, que me tienen que ayudar para todo, que si no me ayudan ni bañarme puedo sola. O es un boludo o un morboso de mierda.
    
    Jorge: Que equivocada que estás. Vos penas que la vida se acabó? Pues estás equivocada. Tenés 25 años y si te lo propones mucho por vivir. Quizás hasta hijos puedas tener. Hoy hacen maravillas los médicos para ayudar a las mujeres en tu estado.
    
    Yo: no digas pelotudeces. Que no entiendes, de la cintura para abajo no siento nada.
    
    Jorge: Así, y como no te haces pis encima entonces, tampoco te cagas encima, o me equivoco? Que yo sepa los esfínteres están debajo de la cintura.
    
    Yo: que chistoso, solo eso me falta, ni lo digas.
    
    Jorge: es la realidad, Caro. Tu realidad, acéptala. Puedes mejorarla, cambiarla un poco con esfuerzo.
    
    Yo: A ver vos que la tenés tan clara, la ves tan fácil, vos pensás que puedo estar en la cama con un hombre? Sin poder mover mis piernas, sería un pedazo de carne inerte. Yo, justamente, que disfrutaba como loca a los hombres, que les hacía de todo y los volvía locos.
    
    Jorge: estoy seguro que en la cama con ayuda de tu pareja funcionarías como cualquier mujer, con limitaciones, obviamente, pero esas mismas limitaciones harían que le busques la vuelta para gozar y hacer gozar a tu hombre.
    
    Yo: vos estás loco, dos cervezas te hicieron mal?
    
    Fue en ese momento que verdaderamente le dio un ataque de locura, o por lo menos a mí me pareció. Se levantó, aprovechando que es mucho más alto que yo y es muy fornido, me levanta de la silla, me carga en sus brazos y empieza subir las escaleras. Yo le pido que me deje en la silla de ruedas, cuando veo que vamos para mi cuarto empiezo a pegarle en el pecho y bofetadas en la cara.
    
    Sin decir una palabra, soportando todos los golpes, me lleva a mi habitación, me deja en mi cama, se sienta al lado mío y sin que me diera tiempo a nada, me besa.
    
    Hago todo lo posible por empujarlo, le pego en la espalda, en los brazos, pero no deja de besarme. De pronto siento que una de sus manos me aprieta un pecho, más loca me pongo, pero no de excitación, es mi hermano, que hace. Esa misma mano, baja hasta mi entrepierna, pone la mano sobre mi pubis y empieza a acariciar. Yo intento cerrar las piernas pero no responden.
    
    En medio de mi desesperación al verme forzada por mi hermano, casi no me doy cuenta que sus caricias tiene efecto, siento. Siento esa electricidad característica. No puede ser, me niego. Yo no siento nada. O sí?
    
    Por un momento dejo de pelear y centro mi atención en mí, él lo nota y sigue acariciando, ahora metiendo su mano por debajo de mi bombacha, masajea el clítoris y siento que una ola de calor me invade, me estoy excitando por primera vez en cinco años, yo, la paralítica. Con suavidad va metiendo un dedo en mi vagina, baja su cabeza y me empieza a besar el clítoris, sus dedos buscan mi punto G, la excitación va en aumento y en pocos minutos llego a un orgasmo!!! Yo, ...