1. Infiel por mi culpa. Puta por obligación (3)


    Fecha: 20/08/2019, Categorías: Grandes Relatos, Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... amor, sino en el sueño de los dos en remodelarla para convertirla en un agradable hostal vacacional de cuatro pequeños apartamentos para alquilar por días e inclusive meses, a los turistas que desearan algo más íntimo y familiar.
    
    Al fondo del amplio terreno, un tanto alejada de la piscina, la que antes era una cabaña para guardar trastos viejos, se convirtió finalmente con algunas adecuaciones en nuestra vivienda, con dos apartamentos, el más grande de ellos para nosotros dos y nuestro pequeño Mateo, y el otro un poco más pequeño para el solterón de William, en la planta superior.
    
    Camilo, muy emocionado dispuso de todo su intelecto arquitectónico para delinear la remodelación y yo, con mis conocimientos para la decoración, bosquejé el cambio en los colores de la fachada y los interiores de las habitaciones, así como del mobiliario y la ambientación de la mediana piscina. Un jacuzzi para seis personas, fue otra novedad, y los jardines tanto internos como externos, los decoré con arbustos de Acacias; cactus dispersos por todo el conjunto habitacional y de las tres palmeras altas de la entrada, trasplantamos una de ellas al interior, frente a nuestra pequeña casa, necesitados de su sombra.
    
    ¡Nuestro hogar en el paraíso! Junto con el disfrute propio, estaría el de los visitantes extranjeros logrando generar además, unos atractivos beneficios económicos con los cuales solventaríamos nuestra estancia en esta paradisiaca isla.
    
    Y hacia allá es adonde me dirijo a tan tempranas horas de un domingo a mitad de octubre a su casa, esa misma que alguna vez fue nuestro nidito de amor, hoy, por el contrario, vengo de invitada o no sé si se podría llegar a definir mejor como molesta invitada. ¡Ojalá que no sea así!
    
    Su refugio tras la tormenta que le desaté encima, sin previsiones meteorológicas de por medio y ni un paraguas o cortavientos para guarecerse. Esa morada a la que ya no aspiro que vuelva a ser mi hogar. ¡Pero al que tanto deseo regresar!
    
    Este año no festejamos nuestro aniversario, por el contrario en una fecha tan especial, lo hicimos cada uno por su lado; yo pasé ese día apartada con mi pequeño Mateo, desconsolada y sola, como si estuviera asistiendo, –sin ganas– a mi propio funeral. No sé qué habrá hecho Camilo, pero estoy casi segura de que también se sintió muy mal.
    
    ***
    
    Ya voy llegando a la plaza con sus coloridas fachadas, esas que tanto gustan y agradan a los turistas para fotografiarse con sus edificaciones coloniales como fondo, –con el fin de postear luego en sus redes sociales– tras dejar atrás la bonita zona comercial por Breedestraat.
    
    — ¡Juepuchaa, maldita sea! Grito con fuerza desmedida, dando un brinco hacia atrás al sentirme asustada. Una iguana panzuda, fea y descolorida se me ha puesto al frente. Nunca me han gustado y así no me hagan nada, siento por ellas repulsión.
    
    Siempre me han mirado raro esos animales, como si mis blancas pantorrillas fueran deseadas como parte de su diario menú y con sus movimientos ...
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