1. Lázaro, el nuevo vecino


    Fecha: 26/03/2019, Categorías: Gays Autor: Alejandro1987, Fuente: CuentoRelatos

    ... vasos vacíos. Él se pone de pie y se excusa, pues tiene que salir. Lo acompaño a la puerta y le doy unas palmadas en el hombro.
    
    –Y no te preocupes que tus debilidades están a buen recaudo conmigo.
    
    –Las tuyas conmigo también. –Se sonríe con picardía y me guiña un ojo y se marcha.
    
    Me ha dejado muy ilusionado, no puedo evitar pensar una y otra vez en Lázaro y soñar cómo planear un nuevo encuentro, más íntimo, más sexy, más pleno de pasión. ¿Y si me equivoco? ¿Y si me hice ideas que no se corresponden con la realidad? Lo más sensato es no forzar las cosas. Si se va a dar la oportunidad, ya se dará.
    
    Unas semanas después, acababa yo de salir del baño, envuelto en una toalla y con otra secándome el cabello, cuando tocan a la puerta. Miro el reloj, son pasadas las 7:00 pm. Entreabro la puerta y veo con sorpresa que se trata de Lázaro, con una botella envuelta en una bolsa de papel de estraza. No puedo ocultar mi alegría al verlo.
    
    –¡Bienvenido! Pasa por favor, y perdona la facha –le digo.
    
    –No, perdóname tú a mí por aparecerme sin avisar, pero quería darte la sorpresa.
    
    –Y de veras me has sorprendido, y muy gratamente. No te imaginas lo solo que me he sentido en estos días.
    
    –Pues qué bueno que llego tan oportunamente –y muestra una bella sonrisa.
    
    –Siéntate que me visto enseguida, ponte cómodo –le digo, mientras busco qué ponerme. Vivo en un estudio, muy elegante y amplio, pero sigue siendo una sola pieza con cocina-pantry y baño.
    
    –Oye, que no hay apuro, te puedes vestir después, si quieres –y se ríe.
    
    Yo también me reí, pero de complicidad y sana malicia, mal contenida. Selecciono los calzoncillos que me voy a poner, son rojos con ribetes negros, escogidos nada al azar. Él se dirige al bar y comienza a preparar dos tragos y me pregunta:
    
    –Alejandro ¿Te apetece un whisky con agua? Chico, ¿no te puedo llamar Alex? Es que Aaalejandro es muy largo.
    
    –Y a ti no te gustan las cosas largas, no? –Se ríe.
    
    –No quise decir eso, no tergiverses mis intenciones –se vuelve a reír.
    
    –Pues me puedes llamar como tú quieras.
    
    –Perfecto Alex. ¿Quieres un whisky?
    
    –Ah, ya. ¿Me preguntas después que te la estás sacudiendo ya, no?
    
    Ambos reímos a carcajadas. El ambiente está más distendido. Dudo si me desnudo allí mismo y él, que lo nota, me dispara a boca de jarro, provocativo:
    
    –Si lo prefieres, puedo voltearme.
    
    –No, para nada. No tengo ningún complejo ni pudor contigo. –Y acto seguido desaté el nudo de la toalla, que dejo caer al piso, dejando mi instrumento en exhibición por un instante, un poco prolongado, eso sí, a propósito, y parece que le agradó la vista, pues no dejó de mirármela hasta que me la guardé, disfrutando al acomodarla, que ya estaba en un avanzado estado de insubordinación. No sé si fue real o imaginaciones mías, pero me pareció que él suspiró.
    
    –Y el trago, ¿para cuándo Lázaro? –él, turbado, me alcanza el vaso, se excusa por la demora:
    
    –Perdón Alex, no sé por qué me entretuve –Yo si sabía muy bien, y ...