1. Dr. Slipper y Mr. Hyde (III)


    Fecha: 19/08/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anejo, Fuente: TodoRelatos

    ... un filósofo adulador y nunca más tendrás que comer lentejas, o aprender a vivir de comer lentejas…
    
    ..y ya no tendrás que adular a los poderosos. Lo sé. Eso lo decía Diógenes, el que vivía en un barril con su perro - intervino Leonor.
    
    ¿Quién te enseñó eso? - se extrañó Sam.
    
    Ricardo. Él es un buen maestro y los tres estuvimos muy unidos, hace años, en nuestro pueblo, allá en La Mancha - recordó con nostalgia Rosita.
    
    Bueno, pues aquí, ver oir y callar. Yo sé lo que hay que decir. vosotras, ojitos tiernos y sonrisas sugerentes, que hay que engatusar a estos viejos pero no digáis nada.
    
    La calesa se detuvo en la puerta y el flemático cochero encendió una pipa y sacó un folletín de Robin Hood para matar la espera.
    
    Las tres damas subieron los escalones y llamaron a la puerta. Sorprendentemente no fue una doncella ni un criado quien abrió la puerta, si no un hombre fornido de negros cabellos entrecanos y espesa y frondosa barba.
    
    ¡Vaya! Ya era hora. Las americanas. Pasen, pasen.
    
    Disculpe el retraso. Usted es el señor..
    
    Llamenme Karl. Mi esposa está en el campo, pasando unos días y el servicio libraba hoy.
    
    Qué casualidad - comentó Sam, que sabia que el día de la visita no había sido elegido al azar por el astuto embajador.
    
    La casa era espaciosa pero el descuido era notorio y paredes, suelos y muebles necesitaban un buen repaso. Otro hombre alto y delgado, de blancos cabellos y barba rala, con unos ojos azules transparentes y una beatífica expresión en el rostro, compareció.
    
    Mi colega y amigo Friedrich. Estas son las señoras que vienen de Norteamérica.
    
    Mucho gusto, amigas.
    
    Los dos hombres se mostraron extremadamente corteses. Karl tenía una mirada penetrante y la iba enfocando con interés en cada una de las visitantes. Friedrich no era tan descarado, pero su lenguaje corporal expresaba también alguna turbación por la presencia de aquellas mujeres tan atractivas.
    
    Somos obreras textiles en Boston y hemos formado una asociación de defensa de los derechos de las mujeres trabajadoras. Queríamos conocer a los padres de nuestro movimiento y nos enrolamos como camareras en un transatlántico para venir a Inglaterra y conoceros.
    
    Samantha había soltado de carrerilla el discursito que le había preparado el servicio de información. Los dos sabios parecieron satisfechos con la presentación. Leonor y Rosita escucharon con sorpresa su supuesta filiación proletaria, aunque no olvidaron sonreir y poner ojitos. Leonor añadió una exhibición de su excelente delantera fingiendo un calor inexistente para justificar el desabrochado de varios botones de su vestido. Esta acción no dejó indiferentes a los próceres.
    
    Ya nos han informado los amigos del sindicato en una carta que llegó la semana pasada - informó Karl - y es un placer recibir a compañeras de tan lejos que comparten nuestra lucha.
    
    Es un honor conocerlas, amigas. Digan ¿Qué quieren saber? - intervino Friedrich
    
    Nos gustaría conocer su idea de cómo debemos actuar en ...
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