1. La Sacerdotisa De La Noche: Noche 6


    Fecha: 19/08/2019, Categorías: Transexuales Autor: Liver96, Fuente: TodoRelatos

    ... sacerdotisa siguió empujando y embistiendo su culo, la polla de Dogannu no paraba de producir presemen; que ayudaba a Aalyat a pajearle a mayor ritmo, mientras ella movía sus caderas, su polla viniendo y saliendo de su boca.
    
    Tanto placer embotaba su mente, y de nuevo esa conocida sensación de dejadez lo abrumó. Ambas Aalyats continuaron teniendo sexo con él para intercambiar lugares. Ahora era la Sacerdotisa la que follaba su culo con gemidos sensuales y su reflejo etéreo estaba encima de él, introduciendo su polla palpitante en su boca.
    
    Las Sacerdotisas de Sol veían aquella escena sobrenatural pero se limitaban a golpear el suelo con sus varas y recitar las palabras del ritual. Unos gemidos ahogados de Dogannu y espasmos fueron la antesala de un salvaje orgasmo, Aalyat siguió pajeandole y follando su retaguardia, llevando las cotas de placer al máximo. El joven puso los ojos en blanco antes de atragantarse con la polla en su boca.
    
    Su vientre estaba cubierto de su semilla espesa y cálida. Aalyat tomó un poco con su dedo, saboreando el néctar del Inicuo y saliendo de su agujero con un leve sonido viscoso. La otra Aalyat sacó su rabo de la boca de Dogannu, brilloso y babeante; y se quedó de pie, a la expectativa. La Sacerdotisa de la Noche se tumbó al lado de Dogannu y éste se levantó y se echó sobre ella.
    
    A pesar de la penumbra, podía distinguir el pálido y decrépito rostro de Aalyat, su sonrisa lujuriosa le invitaba a rendirse por completo. Las manos de ella recorrían despacio su cuerpo sudoroso, estrechando su agarre sobre él y apretando sus nalgas, clavando sus uñas en su piel, Dogannu gimió en voz baja al sentir sus caricias.
    
    La otra Aalyat se movió y agachó entre las piernas de ella, escupiendo y guiando la polla de vuelta al culo de Dogannu, ambos gimieron de placer mientras la dura barra de carne horadaba la poca resistencia del esfínter del joven.
    
    Moviendo sus caderas, sus bolas subían y bajaban, chocando sordamente contra su culo. Su polla iba y venía sin ningún problema, Dogannu la sentía llegar muy dentro de él brindándole placer. Por unos minutos fue así, gimiendo en su oído mientras ella se adueñaba de él.
    
    De improviso Aalyat dejó de penetrar y se mantuvo besando y lamiendo el cuello de Dogannu. El joven sintió una mano apoyada en su espalda, era el reflejo etéreo de Aalyat, estrechándose contra él y acomodándose. La Sacerdotisa miró a Dogannu con lascivia.
    
    “Ahora te vas a correr como nunca, Inicuo. Te voy a llenar por completo,” susurró Aalyat en su oído, a la vez que le abrazaba, evitando un posible escape que no iba a suceder. Dogannu ya estaba entregado a la lujuria.
    
    Deslizando su polla sobre la otra, rozó la entrada anal del joven, que se mordió el labio. Aalyat ahogó su gemido al fundir sus fríos labios con los de Dogannu, su reflejo intentó empujar más, pero su glande no conseguía el resquicio para adentrarse dentro del joven.
    
    Escupiendo algo de saliva en su mano, volvió a intentar. Esta vez, no ...
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