1. Álvaro, el adiós a mi inocencia


    Fecha: 02/08/2023, Categorías: Bisexuales Gays Sexo Virtual Autor: Youngenjoyer17, Fuente: SexoSinTabues30

    ... que no sabía ni por dónde empezar. Me cogió de la mano y me llevó hasta su cuarto, una habitación con una decoración un poco minimalista, pero con mucho encanto y muy bonita. Había un gato en el suelo, durmiendo la siesta. Álvaro simplemente lo movió hacia su camita para que descansara bien y se volteó para mirarme mientras se incorporaba.
    
    Nos quedamos mirando durante unos eternos dos segundos hasta que, instintivamente, mis piernas comenzaron a caminar hacia él. Fundí mis labios con los suyos en un tierno beso. Aquel fue el primer beso que di a un hombre. Pero parece que el suyo no, porque besaba de puta madre 😍😍😍
    
    Mientras el beso se iba volviendo cada vez más apasionado yo introduje mis manos en la parte trasera del pantalón, acariciando sus suaves nalgas. Ambos nos pusimos duros, momento en el cual aproveché para bajarle el short que llevaba, admirando lo bien que le quedaban sus boxers y como se marcaba su erección en ellos.
    
    Antes de seguir decidí quitarme yo también los pantalones. Aunque tenía un poco de complejo con su cuerpo, no opuso resistencia cuando le quité la camiseta, dejándolo en ropa interior. De hecho, comenzó a tomar control de la situación, haciendo desaparecer mi camisa y tumbándome en la cama, para ponerse encima de mí y besarme mientras rozaban nuestras erecciones. Me sentía más horny que nunca.
    
    Le aparté y lo senté en la cama, y pareció entender mis intenciones, porque se bajó los boxers inmediatamente, dejándome a la vista su enorme pollón. Le miré sonrojado, como pidiendo permiso y él solo se limitó a sonreír. Debía de estar soñando.
    
    Entonces tomé su grueso miembro con una mano y comencé a masturbarlo, mientras lo metía en mi boca. Los gemidos que ya llevaba emitiendo desde hace un rato aumentaron de intensidad, dándome a entender que lo estaba disfrutando intensamente. Lo chupé por un largo rato que pareció un instante y a la vez un año, hasta que me tumbó sobre la cama, para después quitarme la ropa interior. Ahora estábamos desnudos, uno enfrente del otro. Me hubiese muerto de la vergüenza si no fuese porque aquella sonrisa que traía consigo me volvió a despejar todas las dudas.
    
    Rápidamente nos colocamos para hacer un 69. Volví a encontrarme cara a cara con la gran polla de Álvaro y sin vacilar en ningún momento me la volví a meter en la boca. Aquel manjar debía ser alimento de dioses. Mientras tanto empecé a notar como una sensación húmeda y desconocida comenzaba a propagarse por mi miembro. Me lo estaba comiendo.
    
    Tras varios minutos de puro placer llegó el momento del clímax. Sin previo aviso, un líquido blanco y agridulce comenzó a llenar mi boca, provocando mi propio orgasmo. Ambos tragamos el semen del otro sin rechistar.
    
    Había cumplido mi promesa, pero ya que había llegado hasta ese punto, quería ir más allá. Pese al orgasmo, nuestras pollas no dejaron de estar erectas. Y sabíamos perfectamente cómo arreglarlo.
    
    Se levantó de la cama y de su armario sacó una caja que estaba bien ...