1. La despedida de soltera de mi hermana


    Fecha: 16/08/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Slutty04, Fuente: CuentoRelatos

    ... transformaba en un placer que no había sentido nunca. Un orgasmo, dos orgasmos, tres orgasmos; perdí la cuenta. Uno tras otro, me temblaban las piernas.
    
    "Tía, soy una puta de la calle. Corregime. Tratame mal", le dije con la voz temblorosa.
    
    Ella sonrió y siguió cogiéndome mejor de lo que mi ex alguna vez hubiese siquiera imaginado. En un momento me la saca de adentro y empieza a masturbarme metiéndome los dedos y estimulando con violencia mi punto g. Sentí ganas como de orinar y me dejé llevar. El resultado: un "squirt" digno de una película porno.
    
    Salía y salía ese líquido, ante mi sorpresa y su risa casi endemoniada.
    
    "Si puta de mierda ves como te gusta que te maltraten. Sos mía carajo, mira como te tengo puta" gritaba ella a todo pulmón, mientras le regaba la habitación con mis fluidos.
    
    Me sentía cansada de tantos orgasmos, golpes, ahorcadas y squirts. Vi que ella agarraba el enorme consolador y le ponía lubricante, se acercaba a mi y me acariciaba.
    
    Me susurró al oído si me gustaba, asentí. Nos besamos apasionadamente. Volvió a ponerme de cuatro, yo no la miré. Pensé que me metería el consolador por la concha o que haría algo con más delicadeza, ya que había pasado de la brutalidad total a la ternura.
    
    No sé cómo explicar lo que pasó de otra forma: me empaló. Sentí la punta mojada del consolador entrar en mi culo y no pude atinar a decir nada más, porque me lo metió entero de golpe. Me rompió el culo, lo sentía desgarrado.
    
    Ella se mataba de la risa, mientras volvía a gritarme y escupirme en la cara.
    
    "Sos mía, puta. Voy a hacerte lo que quiera".
    
    Me metía y sacaba el consolador del culo, mientras a la vez me penetraba con el cinturón.
    
    Cuando me desmayé del dolor, creo que siguió por un rato hasta darse cuenta y luego paró. Recobré la consciencia y ya no estaba esposada, pero seguía en su cama. El cuarto estaba vacío. Nuestra ropa estaba tirada en el suelo, aún se veían en la alfombra, los muebles, las sábanas y las paredes las manchas de mi squirt.
    
    Me di la vuelta y mire a la ventana, ya estaba amaneciendo. Dormité y desperté cuando ella me tiró un vaso de agua fría encima.
    
    "Dale, putita. A tu casa, fuera de acá. Pero acordate que desde ahora sos mía".
    
    Antes de que me vaya, me secó la cara y tomó uno de sus labiales; me escribió "PUTA" en la frente. Luego me ordenó que baje. Quise recoger mi ropa, ella dijo que no con la cabeza, me di la vuelta y bajé por las escaleras. Ella me seguía.
    
    Llegué a la sala y volteé a mirarla, ella se había quedado a mitad de la escalera y desde ahí me dijo "Qué sos?"
    
    "Una puta", respondí.
    
    "No, sos MI puta", replicó.
    
    Y continuó "ahora te vas a ir desnuda por la calle y vas a entrar así a tu casa. Si alguien te pregunta qué pasó, le decis que sus una puta y que te corrigieron y te gustó. Y que lo tuviste bien merecido".
    
    Asentí y me fui.
    
    Por suerte no había nadie en la calle y pude caminar las 3 cuadras hasta mi casa sin más problemas que el terrible dolor en ...