1. La Libertad III_15: día 07_amigas


    Fecha: 30/06/2023, Categorías: Lesbianas Autor: laualma, Fuente: TodoRelatos

    ... maravilloso, no te puedes hacer una idea hasta qué punto... dios, algún día tengo que tratar de contarte con detalle todo lo que me has hecho sentir antes, lo que Pablo… ¡joder! Pero no creo, no sé si tengo capacidad para explicar algo así… mhhhhh increíble, lo probarás, Nuria, te prometo que lo probarás... oh, sí, tengo que recompensarte todo esto, pronto, y lo voy a hacer, pero antes, antes tenemos que... tienes que correrte ya, mi amor, necesitas venirte ahora, estás a mil, llevas a mil desde el principio viéndonos corrernos, haciéndonos corrernos a los tres, y luego no hemos olvidado de ti los tres, y eso sí que es injustificable... Vamos, ven conmigo - le dije tirando de ella.
    
    Nuria, por supuesto, era incapaz de oponer la más mínima resistencia, ni siquiera de hacer el menor comentario.
    
    - Ven, por aquí, vamos al cuarto de la entrada, los otros están ocupados ahora, y no quiero quedarme en el salón, ven, vamos amor, por aquí, sí... muy bien.
    
    La metí en la habitación de invitados que estaba a la entrada, junto a la escalera interior que subía del garaje, y cerré la puerta. Aunque las persianas estaban subidas, casi no había luz, ya que la habitación tenía solamente dos pequeñas ventanas verticales, una en cada esquina sobre cada cama, y además estaba orientada a norte.
    
    - Túmbate, vamos. - Le ordené secamente.
    
    - Laura, Laura, mi amor, no sabes cómo te deseo, ven ohhhh mmmmmhh... - Nuria de repente era la imagen misma de la lujuria. Todo el sexo que llevaba dentro retenido empezaba a aflorar.
    
    - Vamos, trae esto, fuera, te quiero desnuda... - le quité, casi le arranqué las bragas, tirando de ellas desde la base de la cama antes de saltar entre sus piernas y empezar a comerle las tetas, literalmente, como creo que quizás no se las haya comido nunca ni a ella ni a nadie.
    
    Nuria estaba tan caliente, que no protestó, claro, ni mucho menos. Al revés, se dejó hacer y gritaba y aullaba de placer mientras yo le mordía, literalmente, los pechos, lamiendo y succionando los enormes pezones, pero también apretándolos entre mis dientes, tirando del pecho completo mientras lo mordía, o succionado el pezón con tal fuerza que podía tirar de todo el órgano también con toda la violencia que deseara. Se las estaba machacando con todas las letras, se las estrujaba como si fuese una bola de papel, apretando, retorciendo y estirando las irrisorias mamas. Ella sólo reía y gemía, y me miraba con deseo, y me echaba la lengua y la boca buscando las mías. La temperatura, ya elevada de nuestros cuerpos, se multiplicó, sobrepasando infinitamente el máximo admisible. Nuria no podía haberse imaginado que iba a acabar así de rápida y expeditivamente su agonía, sólo el verme lo que le estaba haciendo ya le empezó a provocar tal orgasmo que me di cuenta casi sin tener que mirarla. Así que no me corté y pasé directamente al centro de su sexualidad, sabiendo que mi niña estaba al rojo.
    
    - Vamos, ábrete bien de piernas para mi, zorrilla, quiero tu chochito bien ...
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