1. La Libertad III_15: día 07_amigas


    Fecha: 30/06/2023, Categorías: Lesbianas Autor: laualma, Fuente: TodoRelatos

    ... abierto, mi amor, estoy muy caliente y quiero que te vengas yaaaaaa...
    
    Nuria me obedeció solícita, levantó las piernas y las separó, pasando los brazos entre ellas para tirar y mantenerlas erguidas y separadas. El coño quedaba disponible y completamente abierto, pocas veces la había tenido así de excitada, así de excesiva, podría follarla un semental, todo el potorro salido, los labios enormes, mayores y menores, proyectados hacia fuera y separados entre sí, todo empapado, mojado y oloroso. No lo dudé, y empecé a hacer allí lo que acababa de hacer con sus tetas, sin cortarme, mordí, tiré, chupe, estiré, casi desgarré aquellos jirones de carne, pero es que para estimular a Nurita, que llevaba atrapada en un clímax ininterrumpido y no acabado por más de una hora seguida, suponía una necesidad de estímulos mucho mayores e intensos de lo habitual, que de hecho en ella ya solía ser mayor que en la media.
    
    Gritaba y gritaba, y yo sabía que sus gritos mezclaban dolor con placer insufrible, porque muchas veces ambos se juntan, se tocan por los extremos, y eso alguien con la sensibilidad sexual de Nuria sabía sacarle siempre tanto partido como se lo estaba sacando en aquel momento; ¡cómo se revolvía!, ¡qué manera de deshacerse! nunca, nunca ella y yo habíamos llegado a tanto, pero de repente era todo tan fácil, tan natural... Metí dos dedos enteros, del tirón, en el agujero de su vagina abierta como un pozo. Metiendo otro de la otra mano, pude separarla, abrirla aún más, escupir y meter la lengua allí dentro mientras ella se retorcía y bramaba. Luego fueron otros dedos, mientras otros seguían jugando por fuera con sus múltiples protuberancias. Los chasquidos de su carne cuando la soltaba tras estirarla al límite restallaban en el cuarto, los líquidos de nuestros cuerpos salpicaban por todas partes, y el calor seguía subiendo. Esa habitación ha sido siempre un auténtico horno en verano.
    
    Y, cuando ya parecía que Nuria no podía gritar más, cuando su cuerpo temblaba de tal forma que parecía que se iba a quebrar, o a estallar, o a deshacerse... apliqué la boca entera contra la boca deformada de su sexo, apretando con todas mis fuerzas, mientras trataba de sorber, absorber todo su aire y sus líquidos al tiempo que mi lengua se estiraba, taladraba y perforaba. Estábamos en el extremo más recóndito de la casa, pero era impensable que ellos no estuvieran escuchando los alaridos de mi amada. Yo gozaba solo con notar el cuerpo de Nuria así de desesperado bajo mis cuidados.
    
    No sé el tiempo que estuvimos, sé que lo prolongué mucho más allá de lo necesario y, seguramente, mucho más allá de lo sensato. Lo prolongué hasta que noté que la furia de Nuria, su calor, sus gritos, empezaban a ir a menos en lugar de continuar creciendo. Por fin mi amiga se empezaba a serenar, por fin había tenido lo que su cuerpo merecía, como todas, como la que más. Seguimos un buen rato aferradas una a la otra, mientras yo iba poco a poco subiendo, disfrutando su cuerpazo, que tan ...
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