Relatos cortos 3-Alguien especial - Relatos Eróticos

Relatos cortos 3-Alguien especial

... siempre ibas a estar ahí, pase lo que pase, pero no se dio cuenta que al igual que cualquier persona que amas. Necesitabas ser atendida de manera continua, ser valorada y no solo buscarte cuando su mundo está en un completo caos—enfatizó—Ya sé que ella te termino por culpa de las mentiras de su madre, pero eso no le da derecho a tratarte de esa manera. Ella nunca se atreverá a dejar la mujer con la que está, lo más razonable que se le ocurrió fue haberte hecho esa alocada propuesta —

—Amor, tú sabes que dentro de mis planes nunca ha estado cumplir esa petición. No lo hice antes cuando estuve soltera, menos lo haré ahora estando contigo —acaricié su mejilla.

—¿Sabes? De lo único que tengo envidia es de esa conexión que ustedes tienen —dijo de repente.

—Créeme, es una conexión que he querido borrar. De que me sirve seguir sintiéndola, notar si está triste, feliz o preocupada. Si a la final, ella solo me evade o me trata mal —

—No tienes idea de lo que hubiese deseado tener ese tipo de conexión con alguien—besó mi mano—Entiendo que ella fue alguien muy especial para ti, al igual que lo fue Liz para mí y…—la interrumpí.

—Liz nunca hubiese dudado de ti, así su madre le dijera mil mentiras. Nunca hubiese puesto en tela de juicio tu nombre, ni los gestos de amor que tuviste hacia ella o esos recuerdos que le quedaban de ti —mis ojos se cristalizaron.

Cubrí mi rostro en un intento por evitar llorar, todo aquello aún me sobrepasaba, porque vamos, no creo que hubiese sido tan mala novia como para que ella dejara que su madre le lavara el cerebro con sus mentiras. No merecía que me pagará así, no después del amor que le ofrecí, ¿Por qué no me dio el beneficio de la duda?, ¿Por qué dejo que las mentiras de su madre se interpusieron en lo nuestro?, ¿Por qué dejo de creer en mí?

—Lo sé, cariño, lo sé—besó mis ojos que estaban al punto del llanto—Si Luz estuviese viva, de seguro le hubieses caído bien—dijo y me hizo sonreír—Aunque también soy consciente de que, si eso fuese así, no hubiese tenido la fortuna de conocerte —rozo mis labios en un dulce beso.

—Sé que no debería ponerme así, pero duele. Duele que nunca le hubiese importado ni como mujer, ni como amiga, duele que todos mis esfuerzos por demostrarle que la amaba fueran en vano. Duele que no me haya amado de la misma manera en que yo lo hice —una lágrima salió sin permiso.

—Lo único que querías es que ella te hubiese expresado un “Eres importante para mí” o un “Gracias por ser como eres y darme tu amor, aunque no supe valorarlo” —limpió mi mejilla.

—No buscaba que me valorara por lo que hice, porque soy consciente que tuve mis errores en la relación. En realidad, lo que quería o más bien lo que necesitaba escuchar de sus labios era que me amaba. Que fuese su corazón el que hablara y no esas acciones que me hicieron daño. Porque no tienes idea de cuánto sufrí por sus desplantes, de cuántas noches llore hasta quedarme dormida pensando en que hice mal para que dejara de creer ...