Piedra, papel o tijera - Relatos Eróticos

Piedra, papel o tijera

Cuando ganamos el torneo regional el equipo se disolvió. La mayoría de chicas siguieron jugando en otros clubes, pero yo decidí centrarme en la universidad, en la recién comenzada carrera de psicología. Me gustaba el fútbol, pero si no iba a llegar a profesional, mejor dejarlo ya, no todas teníamos el talento de mi amiga Alexia.

Llevaba un par de meses saliendo con un chico de la uni, nada serio, pero estábamos bastante bien y en la cama era increíble, con él había perdido la virginidad. Yo compartía piso con una compañera de clase que los fines de semana volvía con sus padres, momentos que aprovechábamos Guille y yo para follar sin descanso. Desábado adomingo eran auténticos maratones sexuales. Aunque era el primero al que metía en la cama, estaba convencida de que nadie comía el coño como él, nadie tiene ese manejo con las manos y mucho menos con la polla. En esos dos meses pasé de monjita a putón. Jamás hubiera imaginado de mí misma que me encantaría tragar semen o que llegaría a plantearme el dejar que me dieran por culo, pero quería probarlo todo. Contaba los segundos para volverlo a tener entre mis sábanas.

Pero el siguiente finde Guille tenía una boda. Aunque todavía no estábamos en ese punto me propuso que lo acompañara, pero decidí no ir, era demasiado pronto. Mi rajita y yo lo íbamos a echar de menos, pero qué se le iba a hacer. Pensé que sería buena idea dedicar esos dos días libres a la repostería, algo que tenía en mente desde hace tiempo, así que decidí hacer una visita a mis padres para recibir los consejos de mi madre, toda una maestra del dulce. Cuando volvía para casa me encontré con Anabel, antigua compañera de equipo.

- Vero, ¡cuánto tiempo!

- Sí, tía. ¿Cómo estás?

- Muy bien, a tope con la carrera y con el equipo nuevo. ¿Y tú?

- Bien, liada con la uni. Tenía un hueco y he venido a ver a mis padres.

- ¿Ya no juegas?

- No. Soñaba con llegar a primera, pero ese sueño se ha esfumado.

- ¿Por qué?. Todavía somos muy jóvenes.

- Pero mira a Alexia, es mil veces mejor que nosotras y ni siquiera ha debutado.

- Bueno, si cambias de opinión llámame. Una compañera se ha roto los ligamentos y necesitamos reemplazarla.

- Me lo pensaré y te digo algo. Gracias.

Realmente tenía intención de pensarlo. Tendría que renunciar a horas de sueño, de estudio y lo peor de todo, de sexo, pero me apetecía mucho volver a jugar. Decidí tomarme unos días para pensar y responderle antes del fin de semana. Guille se mostró encantado con esa idea, incluso me prometió no perderse ningún partido y ser mi mayor fan. Hasta mis padres querían que volviese a jugar y eso que a ellos nunca les hizo demasiada gracia. Todo parecía indicar que mi retorno a los terrenos de juego era una realidad, pero necesitaba una señal algo que me hiciera decidirme definitivamente.

Llegó elviernes y tenía que llamar a Anabel para darle una respuesta. En ese momento me inclinaba más po el no. Me agobiaba solo de pensar el poco tiempo libre que ...