1. Codicia


    Fecha: 11/08/2019, Categorías: Confesiones Autor: coronelwinston, Fuente: TodoRelatos

    ... avaricia, el deseo de más, y la libertad que acompaña al relax vacacional, cocinaron el plato de la codicia. Susana sólo lo aderezó.
    
    No voy a decir que éramos el centro de atención del casino porque mentiría, pero es verdad que las miradas nos perseguían por la sala. Unas a ella, otras a mí. Las que me atosigaban estaban en estrecha relación con la envidia que sentían al verme al lado de tan espléndida mujer. Las que acosaban a Susana, iban y venían de su escote a sus pechos y de estos a su piernas y, cuando se giraba, a sus nalgas. Es evidente que entre tantas miradas, tantos ojos con distintas pretensiones, también habían un par de ojos que nos seguían.
    
    Un jefe de sector no nos quitaba la vista de encima. Ni reparé en él en un principio, ni me extrañó cuando se nos acercó.
    
    -¿Les podemos invitar a una copa, señores?.
    
    Su cordialidad, su amabilidad y el sentirnos agasajados, cegaron mi luz. Habíamos ganado dos mil en un par de horas…, no era lo adecuado. A los casinos se va a perder. Y esto es una sentencia.
    
    Tras acompañarle a una de las barras del casino, nos invitó a dos copas. Susana, ginger con whisky, yo, whisky con coca-cola. El, nada, como era normal. La cabeza, siempre despejada.
    
    Vestido con la red, se limitó a desplegarla muy seguro de que caeríamos en ella sin obstáculos. Y así fue.
    
    -He podido observar, es mi trabajo, que la fortuna les está sonriendo.
    
    -Bueno, hemos ganado algo en la mesa de black jack y en la ruleta francesa. Poca cosa-Dije por parecer cortés.
    
    -Amigo mío, cuando la fortuna llama a nuestra puerta, hay que dejar que entre hasta la cocina. Una buena racha es difícil de ver, pero cuando se ve, hay que aprovecharla. Se lo dice una persona que ha visto de todo.
    
    -Nosotros estamos de vacaciones-Dije sin pensar-, hemos venido a jugar un rato, a tomar una copa y a perder poco dinero, pero hemos tenido suerte y nos iremos con…
    
    Me interrumpió bruscamente. Su dentadura blanca, perfectamente alineada, se separó. Compuso un gesto de desprecio y ladró.
    
    -¿Dos mil euros aproximadamente?. ¡Oh, vamos por Dios!, eso es minucia. Entendería que se marcharan con diez, doce mil o más, pero dos mil. ¿Cuánto les durará en las tragaperras?, ¿En el póquer?…píenselo. Han venido al casino, a nuestro casino-Enfatizó-, han ganado dos mil, ¿Por qué no arriesgar las ganancias en busca de… digamos…diez o quince mil?.
    
    Susana también desplegó algo que fue casi palpable. Su codicia. Por primera vez intervino en una conversación que se había diseñado para sus oídos, pero a la cual, en un principio, no estaba invitada su lengua.
    
    -No estaría mal-Dijo convencida.
    
    -No, no lo estaría. Optar a salir de aquí, en apenas un par de horas a lo sumo, con una cifra que oscilaría entre los doce y los quince mil euros, no se le puede llamar, precisamente, estar mal acompañada en la salida.
    
    -Pues no. Esa es la verdad-Respondió ella.
    
    -Les hablaré con claridad. Disponemos de una sala privada donde pueden jugar al black jack ...
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