Caso sin titular XLVI: la doble violación. - Relatos Eróticos

Caso sin titular XLVI: la doble violación.

... tenía por qué ser ella quien cambiase porque era él quien se comportaba de forma inadecuada, fuera del marco social aceptable.

- Aquí llega su ron, señorita -entonó, con una mala imitación del acento cubano, su chico, quien, sonriente, llegaba, sosteniendo un par de vasos con la alcohólica bebida, en bolas, con su pene semi erecto, bamboleándose no sólo de lado a lado con el movimiento, sino arriba y abajo por ese medio despertar de sus instintos naturales-... ¿la cobro antes o después? -siguió su propia broma picante, guiñándole un ojo de forma tan ostensible que, pese a llevar él también gafas de sol, el gesto fue tan evidente por cómo desplazó ese lado de la gafa que hizo que ella sonriera a su vez con picardía.

- Tenemos público -se le ocurrió decir, mientras él le pasaba uno de los vasos y se sentaba a su lado, quedándose a mitad de sorbo, sufriendo un pequeño atragantamiento y tosiendo, salpicando gotas que alcanzaron también a la chica, aunque no mostró señal de molestia por ello.

- ¿Qué... qué... quién?. Pero... -dijo él a la vez que miraba a los lados y, después, a su espalda, ligeramente acelerado, casi como si pensase que iban a aparecer sus padres, poniéndose colorado como un colegial al que pillan haciendo una travesura.

- Shhh... no, no, calma -casi tuvo un ataque de risa ante la infantil reacción de su chico-. No te muevas más -le aconsejó, explicándole lo que intuía-. Es uno de esos vecinos de ahí enfrente. Está en modo “mirón”.

- ¿Y cómo? -cuestionó su novio, todavía asimilando la historia.

- Prismáticos, tonto -informó Laura-. Cuando los mueve se ve el reflejo.

- Ahhh... -por fin se hizo la luz en la mente del chaval-. Qué cerdo el cabrón... -comenzó a enfadarse, hinchándose como un pavo, a la vez que le temblaba la mano que sostenía su propio vaso-. Como le pille... como le pille... le zurro la badana al mamón y...

- Bueno, déjalo. No pasa nada -lo quiso aplacar, por si acaso, aunque nunca lo había visto ponerse violento, pero no era plan de estropear esos días, así que soltó, sin saber muy bien qué decía en ese momento, simplemente por salir del paso-. Que mire lo que quiera, que yo soy tuya... que le den.

- Jajaja -rio su chico, liberando toda la presión y cambiando completamente el chip-... uyyyyy nos has salido exhibicionista, cari... -y se inclinó sobre ella para besarla, a la vez que, dejando un momento su vaso, apretaba con sus dedos uno de los pechos de la joven, disfrutando de la cálida sensación de la piel de la chica, como mostró cuando, al separarse de ella, pudo ver que estaba empalmado.

- Puede ser... puede... ser... -susurró ella, agarrándole el tronco fálico con la mano y pajeándole mientras él echaba la cabeza hacia atrás y suspiraba de placer.

Olvidado el vecino de golpe, Laura pronto pasó de la mano a su boca, girándose y tendiéndose sobre su novio, lamiendo primero con sensualidad su endurecido miembro y, al poco, tragándoselo con voraz apetito.

- Que le jodan... puffff ...