1. Caso sin titular XLVI: la doble violación.


    Fecha: 11/08/2019, Categorías: No Consentido Autor: AcechadorLD, Fuente: TodoRelatos

    ... humillarla-. ¿Qué te gusta tanto el sexo duro que quieres que te la clave a palo seco o es que vas a suplicarme que te coma tumal jodido coño?.
    
    - Lo segundo -esquivó decirlo,
    
    - Dilo. Tienes que decirlo -confirmó sus temores el mirón.
    
    - Que me comas el coño -y, ante la forma en que arqueó sus cejas, tuvo que añadir-. Por favor.
    
    - ¿Te refieres a tumal jodido coño?... -y, antes de que ella simplemente dijera un monosílabo, el maduro concretó-. Dilo todo enterito, putilla.
    
    - Cómeme elmal jodido coño... por favor -se humilló la veinteañera, pero, en su interior, fue por un motivo.
    
    La razón de vejarse de esa manera no era otra que ganar tiempo, hacer lo posible por retrasar lo que parecía que podía ser inevitable y, a lo mejor, lograr el tiempo suficiente para que su chico regresase.
    
    Si no fuese por lo que venía, casi se hubiera felicitado a si misma por su pequeño plan.
    
    El hombre se detuvo por un momento a contemplar su rostro, admirándolo con gesto experto y, a la vez, ansioso, vicioso.
    
    Ella aparto la mirada, avergonzada, y se mordió el labio mientras ese hombre maduro la separaba las piernas para meter su rostro entre medias, poniéndose a oler su sexo como si fuera un sabueso aprendiéndose de memoria el olor de la presa a la que seguiría incasable hasta darle caza.
    
    Escuchaba cómo aspiraba con fuerza, cómo parecía devorar el olor de su entrepierna, a la vez que notaba la punta de su nariz ronzando su vulva, como un animal vicioso en celo.
    
    Ella se contuvo, se quedó quieta, dejándole hacer, intentando evitar que intentase atarle por los tobillos, por si después pudiera intentar de nuevo revolverse o, incluso, golpearle.
    
    Tenía que parecer débil, sumisa, obediente... ganar tiempo a toda costa y, si eso fallaba, todavía podría intentar algo con sus piernas y, quizás, a lo mejor, mientras estaba distraído, lograr liberar sus muñecas, que comenzó a mover en giros lentos poco a poco.
    
    El vecino mirón extendió sus brazos hacia arriba, hasta depositarlos sobre las desnudas tetas de la veinteañera, agarrándoselas con fuerza y amasándolas como si no hubiera nada más importante en ese mundo.
    
    Simultáneamente, Laura notó un primer beso, leve, muy suave, justo en el centro de su coño, justo un instante antes de que ese maduro abriera su boca y la sellase en torno a su vulva, comenzando a mover su lengua justo por el centro, aplastándola mientras comenzaba un lento movimiento arriba y abajo todo a lo largo de su rajita.
    
    El hombre comenzó a alternar chupetones con lametones, hurgando por el centro del coño de la joven, saboreando cada palmo de su vulva, removiendo sus labios vaginales, descubriendo cada centímetro de la región más privada de la chica.
    
    Laura se sentía muy sucia, una mierda, por dejarse hacer eso, por aguantar cómo ese viejo verde le sobaba las tetas, pellizcaba sus pezones y, a la vez, le comía el coño, separando sus labios vaginales para meter entre medias su lengua y chupar justo el centro de su sexo ...
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