Infinito 7 - Relatos Eróticos

Infinito 7

... camino que la llevaba a la espalda de Medusa, pudiendo emboscarla desde allí, poniendo el escudo de tal forma que pudiera ver el reflejo de Medusa, se acercó a ella sigilosamente, el ruido que hacia la cola de Medusa cada vez se escuchaba más cercano. Rea llegó a un pedazo de columna que le serviría como escondite y también para impulsarse para caer sobre Medusa.

Solo tendría que esperar al momento idóneo y este llego, Medusa, sin ser capaz de detectar su presencia, paso al lado de la columna y una vez la paso, Rea salto sobre ella, haciendo que esta cayera al suelo boca abajo.

• Ya me tienes, puedes decapitarme como lo hicieron con mi hermana.

• No es esa mi intención, solo he venido a por el Megas Drepanon.

• ¿Para qué necesitas esa arma?

• Para poder derrotar a Typhon.

Medusa se quedó pensativa, después de unos minutos dijo.

• Typhon no es un adversario fácil de batir, incluso el dios de los dioses sucumbió contra él.

• Lo sé, pero no me queda más remedio, nací para luchar contra él.

Rea tenía el escudo apoyado sobre la espalda de Medusa y el filo de uno de sus cuchillos rozando el cuello de esta.

• Yo no sé donde está el arma, sé que está aquí, pero solo se dejara ver por su auténtico dueño.

Rea sabia que Medusa no mentía y de ser así, si ella no era la elegida, estarían en problemas. Entonces empezó a escuchar unos pasos, los pasos cada vez se escuchaban más cerca, entonces escucho una voz.

• ¿Mama estás aquí?

• Hija, no te acerques, enseguida voy – dijo Medusa.

• No le hagas daño a mi hija.

• Jamás le haría daño a tu hija.

Las dos vieron como la pequeña se alejaba, pero al pasar muy cerca del borde del foso de lava, el suelo cedió y la chiquilla se precipitó. Rea se movió lo más rápido que pudo y salto detrás de la niña, tenía la esperanza de poder clavar su cuchillo en la pared y este fuera lo suficiente resistente para poder sostenerlas a las dos.

Rea había cerrado los ojos, los abrió viendo que no se estaban abrasando. Después miro a su mano y vio que esta estaba cogida al mango de una especie de guadaña de color oscuro y esta se había clavado en la pared. Era el Megas Drepanon, Rea miro a la chiquilla, era una niña con apariencia de humana, pero tenía los mismos ojos de su madre.

La niña, con la ayuda de Rea y apoyándose en el mango del Megas Drepanon, pudo ascender hasta los brazos de su madre que lloraba pensando que había perdido a su hija, Rea haciendo lo mismo que la niña ascendió hasta que una mano la ayudo a subir. Era la Mano de Medusa, una vez arriba extendió su brazo derecho, el Megas Drepanon se separó de la pared y fue directa a su mano. Rea empezó a mover la guadaña, era un arma grande, pero para su sorpresa la manejaba como si lo llevara haciendo toda su vida. Medusa viendo esto le dijo.

• Eres la verdadera dueña de esta arma.

Madre, e hija sonreían y las dos con una sonrisa miraron a Rea y le dijeron.

• Gracias.

• No hay de que, no podría vivir conmigo ...