1. Tatiana II: de odalisca a ama de casa peculiar


    Fecha: 09/08/2019, Categorías: Transexuales Autor: Tatiana Lopez, Fuente: TodoRelatos

    ... estaba estupendamente. Acto seguido Mustafá eligió un kimono de encaje muy transparente, color rojo cortito, con sujetador y tanga a juego y mangas de mariposa, otro kimono negro también de encaje con media manga y bata transparente, con sujetador y tanga incluidos, también tres ligueros, cinco pares de medias y tres sujetadores más. Pagó todo ello con la tarjeta y fuimos a una tienda próxima de un amigo y paisano de Mustafá, donde volví a perder la cabeza probándome ropa, sin que me decidiera, porque sí me probaba una falda me gustaba y sí me probaba otra, también me gustaba. Como no llegaba a decidirme, igual que en la tienda de lencería, Mustafá decidió qué ropa comprar y así compre cuatro minifaldas: una de cuadros de colegiala, otra de cuero negro con cremalleras frontales a cada pierna, otra de volantes color fucsia, preciosa y por último, una vaquera color malva, así como una de maya casi transparente color verde, que le gustó a Mustafá. También dos vestidos, uno minifalda negro con tirantes y espalda descubierta hasta la zona lumbar y otro de tubo color azul oscura, con lentejuelas. Además me compró unos zapatos de 15 cm de tacón rojos y unos botines negros con plataforma, así como varias camisas y camisetas y más tangas y sujetadores, que aquí estaban más baratos de precio.
    
    Mustafá pagó con la tarjeta y como sería la cuenta, que su amigo, natural también de marruecos, le regaló un vestido de odalisca de color azul encendido, con muchas transparencias, que incluía velo, sujetador y tanga.
    
    De ahí me llevó a comer a un lujoso restaurante y después a casa, donde tomamos una copa y charlamos. En la conversación, sin saber por qué, ni cómo, comenzamos a tratar sobre las casas de prostitutas y las mujeres que trabajaban en ellas, a lo que pregunté a Mustafá:
    
    - Tú has estado alguna vez en algún lugar de esos?
    
    - En muchos…, hasta trabaje de segurata en un puticlub un tiempo. Que es que tú de chico, no has ido nunca a uno? –me pregunto Mustafá.
    
    - Yo nunca…, allí no hay nada más que mujeres y a mi nunca me gustaron las mujeres…, tan solo en una ocasión tendría yo 16 años, un chico del que estaba enamorada, me llevó a la casa de campo a ver como trabajaban las travestis, pues quería que las viera y que yo aprendiera de ellas. Me resulto infame ver a aquellas mujeres, como se arrodillaban para comerle el pene al hombre que le pagaba por ello… Y dices que has trabajado? –contesté.
    
    - Sí en un puticlub de El Puerto de Santa María “Las Ninfas”. – contestó Mustafá.
    
    - Pobres chicas…, allí aguantando los caprichos del cliente que llegue y las quiera llevar a la cama, pagando por ello. – replique.
    
    - Pues igual que tú…, no aguantas mis caprichos y encima no cobras…, igual que todas las mujeres…, aguantan a sus maridos y hacen con ellas lo que quieren y no les pagan… -incidió Mustafá.
    
    - No compares hombre…., como va a ser lo mismo. Una mujer se debe a su marido y ha de hacer lo que él le pida, a cambio de nada, por amor. –dije ...