Tatiana II: de odalisca a ama de casa peculiar - Relatos Eróticos

Tatiana II: de odalisca a ama de casa peculiar

A la mañana siguiente me levante sin que Mustafá se diera cuenta y me duche, me pinté uñas de pies y manos. Cuando me estaba terminando de maquillar, escuché como Mustafá me llamaba y me di apresuradamente los últimos retoques y acudí ligera, olvidándoseme poner el tanga.

Antes de llegar donde se encontraba él dije:

- Espera que voy a ponerme el tanga.

Respondiendo Mustafá:

- Ven antes aquí…que te voy a encerrar el pajarito…

- No porfi…déjamelo suelto…me encuentro más cómoda… anda. –así le contesté suplicándole.

- No, te lo tengo que encerrar, para evitar tentaciones…, ven para acá. –dijo Mustafá.

- Te lo pido por favor…, si quieres te hago una mamada…, anda déjamelo libre, estoy más cómoda. –volví a suplicar.

- Ven para acá yaaa…, déjate de hacer la tonta…, ese no te sirve nada más que para mear…, que anoche te quisiera dar un gusto, no es para que te acostumbres…, mi mujer no tiene pene…, entendido? –contestó de forma contundente y autoritaria Mustafá.

Me acerque a él y me ordeno que me pusiera aquella jaula plateada, limitándose tan solo a cerrar con la llave, porque decía que no quería volver a tocarme aquel pedazo de pellejo que me colgaba.

Así que me la encerró y me dijo:

- Ponte guapa y sexy que des ruido por ahí…., vamos a ir donde trabajabas antes, al banco y a la inmobiliaria para dejar tu apartamento y después, te llevaré a que te compres ropa y te invitare a comer por lo bien que has follado.

- Aiiii que alegría a comprarme ropa y a comer…, soy una mujer afortunada teniéndote como marido. – dije contenta y exaltada.

Me puse una blusa blanca de encaje transparente en sisa dejando ver los hombros, unos pantis casi transparentes para dar realce a mis piernas, una minifalda negra elástica a medio muslo y sandalias con tiras negras y taconazo.

Todo ello complementado con una peluca rubia a los hombros y dos aros grandes como pendientes. Cuando Mustafá me vio, dijo:

- Guauuu…, estás guapísima…, que tía más buena voy a lucir hoy por ahí…, espero que no tenga que guantearme con ningún fulano que se pase contigo, porque estas para pasarse.

- Anda ya…, que eres muy exagerado…., normalita…, anda vamos.

Cogimos el coche y nos dirigimos a la panadería donde hasta el día anterior yo trabaja. Cuando llegamos entré en el establecimiento y Juan, el jefe enseguida me reconoció, y dijo:

- Que guapo estás Antonio…, eres todo un bombón…, no tienes nada que envidiar a una mujer de verdad.

A lo que contesté: Juan ya no soy Antonio…, Antonio ha muerto para siempre…, ahora soy Tatiana y como te dije ayer, he encontrado un hombre que me quiere así y he decidido dar el paso y entregarme a él en cuerpo y alma, pues lo quiero hasta morir.

- Ya encuentro explicación a la decisión taxativa de ayer. Desde aquí, me da la impresión que es moro, verdad? – me preguntó con cierta suspicacia Juan

- Sí. Por qué? – pregunté inmediatamente yo

- Aiii niña, ten cuidado…, dicen que son muy posesivos y abusan de ...