1. Vacaciones con la jefa 3


    Fecha: 14/05/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Virjal, Fuente: TodoRelatos

    ... volvía caro y complicado, sobre todo si se tenían hijos. Por lo tanto, comencé a plantearme conseguir una novia con dinero.
    
    No sé cuándo supe que me gustaban las mujeres. En retrospectiva, posiblemente desde siempre. Sin embargo, quienes me conocieron en otro tiempo seguramente me mencionarían a uno u a otro novio de la adolescencia. Tenía que fingir. Debía adaptarme. El mundo era una mierda. Todavía lo es. Pero mi verdadero y único amor siempre han sido aquellas chicas de piernas largas.
    
    El gran cambio llegó cuando vi a Verónica. Alta, rubia y de ojos azules. No era rica, pero su cabello color paja era suficiente para hacerme sentir cositas en el estómago. La invité a salir conmigo, pero creyó que saldríamos más en plan de amigas. Fue incomodo al principio, hasta que la acompañé a su casa. Ahí me preguntó qué buscaba con esa cita.
    
    —Un beso.
    
    Su sonrisa y sus mejillas resplandecieron de vergüenza.
    
    —No soy lesbiana.
    
    —Pero podrías ser bi, no lo sabes, ¿o sí?
    
    Abrió la puerta de par en par. Minutos después, abrió las piernas para una versión inexperta de mí. Me besó y succionó mi lengua como un simulacro de lo que deseaba en su coño. Ninguna sabía lo que hacía, pero sí sabíamos lo que queríamos. Froté su húmedo coño hasta que la oí gritar. Su madre abrió la puerta de golpe, preocupada.
    
    —¡Me ayuda a sacarme un tampón, mamá! —explicó Verónica, cubriéndose con una colcha.
    
    Su madre nunca le creyó.
    
    Desde entonces, después de clases la visitaba para besarla, acariciarnos e incluso bañarnos. Fue maravilloso. Alguna vez escuché en la radio, en uno de esos programas anticuados y conservadores, que el hombre sabe más de mujeres no es el que ha estado con muchas mujeres, sino el que ha estado diez años con la misma mujer. Yo estuve tres años con Verónica y, para cuando terminé la universidad, sentía que ya era una experta provocándole placer. El tiempo para las lesbianas se mueve de forma distinta. Un mes es un año de noviazgo. Tres meses ya es suficiente para vivir juntas. Yo había pasado toda una vida con ella y ya sentía que podía con cualquiera.
    
    O al menos así me sentí hasta que Victoria se apareció desnuda frente a mí.
    
    Me di un baño y luego me paseé por la suite envuelta en una toalla. Era hermosa, lujosa e inaccesible para alguien como yo. Me senté en una de las camas y revisé mi teléfono. Tenía un par de llamadas perdidas de mi jefe, del padre de Victoria.
    
    Estuve a punto de llamarle cuando unos golpecitos me pusieron en alerta.
    
    Caminé descalza hasta la puerta cuando una chica, no mayor a veintiuno, bronceada, con cabello amarrado, entró vistiendo un vestido gris. Empujaba un carrito con artículos de limpiezas y demás repuestos para el baño. Se detuvo con ojos bien abiertos al encontrarme ahí, en camino hacia ella.
    
    —Disculpe —dijo en inglés—La señorita dijo que debía subir a limpiar.
    
    ¿Cuál señorita? acabábamos de llegar. ¿O es que en los hoteles de lujo se limpiaba varias veces al día? No vaya a ser que los ...
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