1. Eres mía (encuentro)


    Fecha: 09/08/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Rosa de los vientos, Fuente: TodoRelatos

    ... el audio entero llegará a tu marido. Estoy dispuesta a todo.
    
    Sara:
    
    Si le envías eso, serás la responsable de lo que pueda pasar.
    
    María:
    
    Lo tengo claro Sara: tú, eres la única responsable de lo que va a pasar.
    
    Me sentía acorralada, furiosa, asustada… cambié de estrategia e intenté dar pena.
    
    Sara:
    
    Te pido por favor que no lo hagas. Tengo dos hijos…
    
    María:
    
    Si sabes lo que te conviene, vendrás… y, además, en esta ocasión tú serás mi puta.
    
    Se me pasaron por la cabeza sentimientos encontrados: quería llorar, morirme, matarla… incluso valoré acudir a su hotel y estrangularla con mis propias manos. Sabía que estaba perdida, y lo peor era que yo sola me lo había buscado; el Karma me estaba pagando con mi propia medicina. Aquella noche dormí poco, por mi cabeza pasaban diferentes formas de salir del atolladero, pero ninguna era buena. A las cuatro de la mañana ya estaba agotada, fue entonces cuando decidí lo que iba a hacer.
    
    Tuve suerte de que fuera sábado y poder estar un rato más en la cama. Al despertar le conté a mi marido el cambio de planes, y aunque intentó disimular el subidón que le producían mis palabras, adiviné una expresión de júbilo en su cara. No quiso saber el motivo de mi cambio de parecer, prefirió dejarlo ahí y saborear su buena suerte.
    
    Durante toda la mañana estuve pensando en el encuentro. Al contrario que en otras ocasiones en las que me había acompañado el morbo, ahora se había convertido en una preocupación que disparaba mis niveles de ansiedad.
    
    A última hora de la mañana escribí:
    
    Sara:
    
    ¿A qué hora quieres quedar?
    
    María:
    
    Sabía que al final vendrías…
    
    Me daba rabia que dijera eso; como si la decisión hubiera sido tomada en libertad y sin chantajes de por medio.
    
    Sara:
    
    Quedaremos a las nueve en un local que se llama “Con derecho a roce”, está en el centro.
    
    María:
    
    El lugar suena bien…
    
    Sara:
    
    Solo estaremos un rato para tomar algo —sabía que ya no tenía el control, pero estaba obligada a decirlo.
    
    María:
    
    A las nueve estaré allí putilla…
    
    Sus últimas palabras se me clavaron como una punzada. Estaba claro que ella quería marcar el cambio de roles; ahora era ella la que tenía el control, lo sabía, y sin duda lo iba a utilizar.
    
    Había elegido ese lugar porque a esas horas ya está concurrido; aunque el hecho de que un chico fuera con dos chicas no tenía por qué dar que hablar, la multitud del local me haría sentir arropada. Me decía a mí misma que no pasaría nada. Estaba convencida de que tan solo tomaríamos algo y luego cada cual se iría por donde había venido.
    
    Observaba los gestos y reacciones de Jorge: lo notaba pletórico, él intentaba disimular su estado de felicidad ansiosa, pero cuando llevas mucho tiempo con un hombre, es fácil adivinar lo que está pensando. Me miraba y estoy segura que daba gracias por su buena suerte, después de todo iba a ver cumplida su mayor fantasía.
    
    Elegí un vestido de Zara de largo irregular con estampado de cuadros tartán, lo ...