1. El abuelo (Parte 5)


    Fecha: 09/08/2019, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    Los jóvenes como caprichosos por naturaleza; los mayores son muy formales, claro los que lo son, pero cumplen sus propósitos y promesas. Si algo aprendí de verdad de Anselmo fue esto, cumplir promesas o no hacerlas, cumplir propósitos y formularme los menos posibles juntos, sino uno tras otro, y no desorientar a los demás.
    
    Durante todo el curso estuvo viniendo cada quince días. Se o pedí, se comprometió y lo cumplió siempre. Yo no podía fallarle a Anselmo en nada, me comprometí a hacerlo feliz estudiando mucho, sacando inmejorables calificaciones y haciendo feliz a mis abuelos. Ellos me vieron tan contento cada día y cómo me aplicaba al estudio que acabaron por creer lo que les decían mis padres, que Anselmo me pide que sea así y lo consigue, por eso estaban contentos de mi relación con Anselmo que no acababan de entender mis abuelos. Esta fue la razón por la que me pidieron que se lo presentara para conocerle.
    
    Me insistieron varias veces en que le invitara a comer en casa cuando llegara, les dije que lo haría, que ya había cursado la invitación y había sido aceptada. Me aproveché un poco de mi abuela. Me preguntó qué cosas comía y le dije lo que me gustaba a mí. Me preguntó cómo disponía la mesa, si era un hombre de lujos o sin etiquetas y le dije que mesa con mantel blanco y muchos tenedores y copas, que era hombre de buen gusto y exquisito paladar. Me aproveché de mis abuelos, pero también quería que entraran por los buenos ojos de Anselmo y al revés, quería que mi abuelo encontrara en él un amigo y que mi abuela quedara impresionada.
    
    Cuando llegó, hice lo mismo que la otra vez, ya le tenía reservado el hotel para los dos y en sábado comeríamos en casa de mis abuelos. Ese día se vistió de traje como un señor, con una preciosa corbata que yo le había regalado y estrenó zapatos relumbrantes. En el bolsillo del pecho de la chaqueta le puse un pañuelo como regalo que le quedaba ni pintado. Llegamos a casa de mis abuelos, hice las debidas presentaciones y mi abuela, pícara ella, me llamo para que preparara los cócteles de vermut mientras ella acababa de preparar unos aperitivos. Mientras tanto Anselmo y mi abuelo, que se vistió muy elegante también para recibir a Anselmo. Salimos mi abuela y yo, ella con unos aperitivos y yo con las cuatro copas de vermut en una bandeja. Di una servilleta pequeña de tela a cada uno y a mi abuela, yo tomé otra para mí y me encargué de ir pasando los aperitivos.
    
    Anselmo y mi abuelo habían hablado mucho, del cielo, de la tierra y de todas las cosas. Dijo mi abuelo a mi abuela:
    
    — Mira, Ifigenia, dice Anselmo que esta mañana tu nieto le ha regalado el pañuelo que lleva en la chaqueta.
    
    Anselmo asentía con sonrisa. La abuela dijo:
    
    — Este chico es muy cuidadoso de los detalles, ¿podría verlo?
    
    — Pero, abuela…, ¿no lo estás viendo?, —me puse muy colorado.
    
    — Por favor, Ifigenia…, dijo mi abuelo, mientras ella miraba a Anselmo.
    
    — Por supuesto, Ifigenia. —se puso la mano al bolsillo cuando mi ...
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