1. Clases Particulares Día 1 Parte 2


    Fecha: 08/08/2019, Categorías: Grandes Series, Autor: Lanre, Fuente: TodoRelatos

    ... costados—. ¿Eh?, no es una tanga de hilo, muy mal, muy mal —le nalgueó una pompi.
    
    No sabia como reaccionar. Jamás pensé que hubiera alguien mas cabrón e hijo de puta que Valentina. De existir, era de suponer que fuera de la misma familia.
    
    —Facilidad de correrse en caso de sexo casual, ocho de diez —puntuó mientras sus dedos removian la entrada de la vagina de Valentina—. Carajo, está sumamente húmedo. ¿Que opinas, Valentín?
    
    —¿Eh? —abrí la boca. Error. Adriana me restregó la mano completa con los fluidos de su hermana.
    
    —Yo digo que debemos llamar a un plomero, porque el chocho de mi hermana es un grifo.
    
    —Hija de puta… —repetía una y otras vez Valentina mientras pataleaba.
    
    —Pasemos a la prueba final: resistencia del material.
    
    —¡No te atrevas! —espetó en un grito de guerra. Otra vez muy tarde. Adri estiró la tanga hasta muy arriba, convirtiendo la parte de abajo de la pieza en un fino hilo que como un serrucho cortaba la piel con fricción.
    
    —Duele… duele…
    
    —Valentin, ya que sos nuevo en el rubro —dejó de tensar—, escucha con atención, las pruebas deben ser exhaustivas, muchas señoritas dependen de nosotros. —Una vez más estiró la tanga.
    
    Tragué saliva ante semejante juego de hermanas.
    
    —Ni se te ocurra pedirle ayuda a tu macho —le nalgueó otra vez—. ¿Estás lista?, una vez más.
    
    —¡¡¡Ayuda!!! —desobedeció la menor de las hermanas. En un reflejo causado por la súplica de Valentina, fui llevando mis manos hasta su tanga.
    
    —No hagas nada, luego te recompenso —susurró Adriana a mis oídos—. Ayúdame a jalar.
    
    Y de pronto, entre gritos y súplicas, con nuestras fuerzas combinadas, la tanga se rompió. Había traicionado a la que se suponía era mi novia.
    
    —Eh, Valentin, aguafiestas —me guiñó el ojo—. ¿Por qué cortaste la tanga?
    
    —Deberías soltarla —sugerí—. Está rojo.
    
    —Valu que aburrido es tu novio —chilló—. En fin, terminamos, solo falta el sello de control.
    
    —¿El sello de control?
    
    —Si, mira —bajó la cabeza y le mordió la nalga de derecha. Debió de ser igual de tormentoso que el calzón chino, porque Valentina se retorcía de dolor.
    
    No obstante, con Adriana mordiendo, Valentina pudo escapar de su agarre. Cayó al suelo con la tanga rota, y corrió hacia la puerta imitando el movimiento de una lagartija. Una vez en la puerta, usó los marcos como apoyo para levantarse.
    
    —Zorrita, ven aquí, tengo que inspeccionar tu corpiño. —Adriana imitó a un cangrejo.
    
    —Vete a la mierda.
    
    —La boquita, Valu. —Me señaló con la cabeza—. Tenemos invitados, debemos guardar las apariencias.
    
    —Valentina, ¿estás bien? —pregunté. Su intimidad estaba irritada. Seguía siendo apetecible pero estaba más colorada de lo normal—. ¿Quieres que vaya a comprar una pomada?
    
    —Valetin tiene razón —coincidió Adriana—. Inspección de concha.
    
    Fue tras su hermana con toda la intención de atraparla, y solo dios sabría con que fines.
    
    —¡Vete a la mierda! —huyó de la habitación con la ternura de una pequeña que corre de sus padres. Desnuda de ...
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