1. Clases Particulares Día 1 Parte 2


    Fecha: 08/08/2019, Categorías: Grandes Series, Autor: Lanre, Fuente: TodoRelatos

    ... relación. Eso sí, cuando traiga visitas, Valentina, espero total discreción de tu parte.
    
    En esta casa, al parecer, todo se solucionaba con chantajes y favores.
    
    —¿No me vas a exigir nada más?
    
    —A vos, no, a tu novio en cambio… —Me miró directamente. Tenía unos bonitos ojos pardos—. Me parecías conocido, y por eso te googleé.
    
    —Y te decepcionaste —asumí. Seguí frotando el clítoris de Valentina. Con su rostro, suplicaba que me detuviera. Empezaba a ponerse colorada.
    
    —Todo lo contrario. —Adriana sacó su celular del bolsillo—. Te encontré en Instagram, debo decir que me sorprendió el hecho de que Valu no te siguiera, inteligente de su parte, así es más fácil mantenerlo en secreto.
    
    —¿Qué es lo quieres? —pregunté empuñando la intimidad de Valentina. Ella gimió con la mano en la boca. Estaba muy sensible.
    
    —Tus entradas VIP. Las que ganaste en el sorteo vía redes. —Quedé en shock o algo parecido—. Recuerda soy DJ, una artista, no puedo perderme semejante evento. Van a estar las mejores bandas del país.
    
    —¿Cómo sabes lo de las entradas?
    
    —Te etiquetaron en Instagram. Por eso te me hacías familiar.
    
    —No puedo dartelas. Iba llevar a… —Julieta, me corregí—. A Valentina, como aniversario por nuestro primer mes.
    
    Esperaba que con semejante detallazo Julieta no me abandonará una vez estuviéramos en el colegio. Aunque ya había dejado las cosas claras. Besitos y toqueteas sin compromisos, y siempre por debajo de la alfombra.
    
    —Perfecto, son tres entradas, y nosotros —contó—, uno, dos, tres, que casualidad somos tres.
    
    —Valentin, por favor…
    
    —Haz caso a tu novia —dijo Adri confundiendo la suplicaba de su hermana.
    
    Estaba llegando a su orgasmo, y guiada por la necesidad de mantener la boca ocupada y no gemir, opto por lo más práctico, besarme.
    
    —¿Eso es un sí? —preguntó Adri, muy atenta a nuestro beso—. Es un si. Uy, con lenguita.
    
    Sin embargo, nosotros estábamos extraídos de la realidad. La ignoramos por completo, pero ella no a nosotros.
    
    —Me corrí enfrente de mi hermana —me susurro lo suficiente bajo para que Adri no escuchara. Un hilo de saliva unía nuestra boca.
    
    —No podía detenerme.
    
    —Te odio. —Por un instante, escuche lo contrario.
    
    —Lo sé.
    
    —Epa, que tanguita que llevas. —Adri se había levantado del sillón y a nosotros la sábana ya no nos cubría—. Sorpresa, inspectora de tanga.
    
    —¿Qué? —dijimos al unísono. Muy tarde. Adri abrazaba desde atrás a su hermana, tal vez con demasiada brusquedad.
    
    —Suéltame —espetó Valentina.
    
    —No, de-bo cum-plir con mi de-ber —dijo con voz de robot—. De-bo ins-pe-ci-onar.
    
    —Basta de bromas, Adriana.
    
    La nombrada no bromeaba. Sus manos asaltaron el pedazo de tela. Valentina brincó usando sus rodillas, en un vano intento de liberarse de su hermana y su inspección. Pero Adri no la soltó, al revés, la tiró boca abajo.
    
    —Está húmeda, zorrita.
    
    —Suéltame —gritó con el colchón tapando su boca—, me estas lastimando.
    
    —Soportes estables —comentó mientras estiraba los ...
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