1. Alicia en el país de las maravillas


    Fecha: 25/03/2019, Categorías: Incesto Autor: AlbertoXL, Fuente: TodoRelatos

    ... abajo entre los asientos y luego sobre mí. Eva la ranita. Y entonces pienso que para esto es para lo que sirve un teléfono móvil.
    
    Es cierto, a quién no le encanta recibir este tipo de mensajes. Además de hacérselo muy bien en la cama, Eva es muy divertida y charlatana. ¡Es maravillosa! En cuanto envío mi respuesta, entra Alicia.
    
    — ¿Quieren algo más? Les he traído unos bombones, están muy ricos —y deja unos Lindt sobre la mesa.
    
    Ambos cogemos uno y le damos las gracias.
    
    — ¡Síganme, por favor, la directora Castillo los está esperando!
    
    Alicia es tan joven como Simona, ambas deben ser becarias recién salidas de Formación Profesional. Camino a su lado, Jorge se queda detrás de nosotros. Antes de abrir se vuelve hacia mí con sus ojos azul claro, me pone algo en la mano y, sonrojada, me dice:
    
    — Es mi número —y abre la puerta sin darme tiempo a decir nada— Pueden entrar.
    
    Me meto el papel en el bolsillo, y Jorge y yo entramos en el despacho mientras la directora se levanta del sillón de su mesa.
    
    — ¡Disculpen que los haya hecho esperar!
    
    — Oh, no tiene importancia… Yo soy Alberto García y él es el señor Ruiz.
    
    — A él ya lo conozco, pero a usted tenía ganas de conocerlo. He oído hablar muy bien, sabe…
    
    Qué raro, hubo una época en que solo se hablaba mal de mí. O ha cambiado el mundo o he cambiado yo. Pero no me parece el momento de sacar a colación este pensamiento, así que le lanzo mi mejor sonrisa a la directora y no digo nada más.
    
    — Pero siéntense, por favor. ¿Les han ofrecido ya si quieren tomar algo?
    
    — Sí, gracias, nos han tratado estupendamente. Incluso nos han ofrecido un bombón —y lo saco del bolsillo— De hecho, creo que me lo comeré antes de que se derrita.
    
    Jorge me mira y permanece impasible. Mi comportamiento sigue un guion concreto y racional. Si Castigo me ha hecho esperar media hora para demostrarme quién manda, yo puedo hacerla esperar a que me coma el Lindt d’Or para demostrarle que yo también mando algo, ¿no? Luego saco un pañuelo para limpiarme las comisuras de la boca y, con calma, empiezo a explicarle los tres proyectos. Lo hago tranquilo, afirmando con seguridad, gracias en parte al repaso que he podido darles. Rosario me escucha y asiente, al igual que hace Jorge en cuanto he terminado.
    
    —Bien —dice la directora.
    
    Miro el reloj disimuladamente. Veintidós minutos. Jorge me había indicado que no debía pasar de los veinticinco, y lo he conseguido.
    
    — Sus propuestas me parecen interesantes —comenta ella con satisfacción.
    
    A continuación intento explicarle el motivo de nuestro proyecto. Le comento que hemos querido hablar sobre todo de mujeres, dirigirnos concretamente a ellas. Simona nos había advertido sobre las nuevas líneas editoriales que doña Rosario pretendía dar a la programación, y nuestros guionistas han seguido sus indicaciones a la perfección. Ignoro cómo las habría conseguido, pero en vista de la satisfacción de su jefa, Simona no debe de haberse equivocado.
    
    — Por desgracia, ...
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