1. Internamiento cruel. venganza de la vieja señora.1


    Fecha: 06/08/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: sumisso, Fuente: TodoRelatos

    ... sido un verdadero cretino, nunca había estado a la altura de ser un hombre de verdad.
    
    Comprendí que todas aquellas mujeres habían contratado a la vieja señora para algo en concreto, quizás para asustarme. La vieja y voluptuosa señora finalmente dirigió su palabra hacia mí por primera vez.
    
    -Te preguntaras que haces Aquí… Es muy sencillo… llevas mucho tiempo despreciando, embaucando y humillando a las mujeres. Eso se ha terminado hoy….. Voy a encargarme de que así sea. – No me dio más explicaciones.
    
    La vieja señora se dirigió hacia un lado del lúgubre y abandonado sótano y contemplé desde el suelo como se quitó su vestido de una talla enorme. Observé su gran voluptuoso cuerpo ya denotado por su edad. Quedó semidesnuda en ropa interior. Portaba un sujetador negro grande que tapaba sus enormes pechos. Unas bragas negras de seda de una talla grande que continuaba en unas medias negras oscuras sobre sus carnosos muslos y voluminosas piernas. Las medias de liga oscuras ancladas a una fina tira que rodeaba su voluptuosa cintura impedían se cayeran de sus obesos muslos. Sus pies estaban enfundados en unas botas negras muy anchas sin tacón ,centímetros por debajo de sus rodillas, de suela plana. Semi- desnuda su cuerpo era aún más grande y obeso. Aquella abuela tenía sin duda un sobrepeso muy marcado. No era bueno para ella tanta obesidad, pero aquel no era mi problema, tenía otro más grande, saber que pretendía de mí.
    
    La abuela desconocida, quedando en ropa interior, ligueros, medias y botas enormes, se dirigió hasta un estante de la habitación y agarró unos guantes de goma largos de fregar de uso doméstico. Comenzó a enfundarse los guantes de goma en sus manos. Sus brazos eran muy carnosos y flácidos, entraban con dificultad los guantes largos de goma. Apretó, retorció y estiró la goma de los guantes produciendo un sonido continuo de chasquido a goma. Entraban con dificultad los guantes en sus manos, la quedaban pequeños para sus carnosos brazos. Tiró con fuerza y encajó los dedos de sus manos. Parecía que sus guantes iban reventar en cualquier momento al estar tan apretados a sus brazos. La verdad, era que deseaba los guantes apretados para tener facilidad de movimiento. Observé la escena asustado mientras terminaba de ajustarse unos guantes de goma de lavar sucios. Eran de color amarillo original pero el desgaste y la suciedad los había convertido en marrones. Aquel infame gesto me asustaba, ¿porque se enfundaba unos guantes de goma usados y sucios en sus manos?
    
    Levanté la mirada y contemple a la vieja señora frente a mí agarrando varios objetos metálicos. Sin mediar palabra comenzó a atarme. Colocó unas esposas de metal resistentes en mis manos, anclándolas a mi espalda. Noté el frio metal en mis manos así como la goma de sus guantes. Apretó las esposas fuertemente, las atenazó a mi muñeca con dureza, bastante apretadas. Continuó con mis pies, colocó dos brazaletes sobre mis tobillos y los cerró con su respectiva hebilla. Ancló los ...
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