Tu, mi complemento perfecto 24 - Relatos Eróticos

Tu, mi complemento perfecto 24

Capítulo 23

En la actualidad, año 2017

Charlie

Había pasado mucho tiempo desde que fuimos por Eliott a ese lugar y aunque me ha costado adaptarme al hecho de que no puedo hacer ciertas cosas en la casa, me sentía feliz, porque de algún modo, sentía que criar a ese pequeño, era todo un reto para nosotras, es especial para mí. Que no tenía un ápice de experiencia para cuidar y criar a un ser humano que iba a depender totalmente de nosotras.

Estaba algo preocupada y ansiosa, no lo iba a negar, porque, aunque mi chica actuaba de manera espontánea en cada cosa que hacía, en lo bueno y en lo malo, lo que debe hacerse y lo que no, yo estaba llena de dudas. Después de todo, educar a un niño, conlleva una tremenda responsabilidad y es que, los papás no vienen con el manual debajo del brazo, una frase que ahora comprendía a la perfección, porque incluso ensayando con Eliott, sabía que aún me faltaba por aprender muchas cosas.

—¿Cuándo te unirás a la fiesta? Se supone que tú eres la cumpleañera —escuché a mi hermano.

—Pronto —respondí, al perderme en sus ojos.

—Más te vale —me ofreció una cerveza.

—No seas aguafiestas, solo estoy admirando el cuadro familiar —dije, al ver a todos reunidos en la mesa.

Hacía mucho qué mi castaña no tenía una reunión de este tipo, donde su familia y la mía, estuviesen en la misma mesa, compartiendo una comida casera como motivo de festejo.

—¿Cómo te va con tu nueva faceta? —no tardé en preguntar.

Hace dos semanas, Aksel había ido en compañía de su esposa a esa residencia de acogida para culminar con su proceso de adopción y como era de esperarse, yo me fui de polizón para conocer a mi futuro sobrino. Mas no tenía idea de cómo mi hermano se estaba tomando la paternidad, ya que ese pequeño de un año salió un poco tremendo, pese a ser toda una ternurita con sus cabellos negros y esos ojos claros.

—Tú más que nadie sabes cuándo deseé tener un hijo y aunque ejercí el rol de un padre contigo, siento que ahora es totalmente distinto. No sé si me explico —mencionó.

—Creo que sí —dije, al tomar un poco de cerveza.

Claro que era totalmente distinto, porque a pesar de que él se esforzó cada día para brindarme un ambiente comprensivo y cariñoso, basado en el respeto mutuo, lo hizo con la intención de que olvidará todo ese maltrato que tuvimos desde pequeños. Mientras que la interacción con su hijo era muy diferente, pues notaba como le enseñaba a conocerse, a quererse, a formar su carácter y a moldear su autoestima para que en algún futuro pueda hacer frente a situaciones vitales. Esas herramientas, no las utilizo en mi crianza, pues en aquel tiempo, cada uno intentaba sobrevivir a su manera.

—¿Y a ti como te va con Eliott? —elevó su ceja.

La interacción con ese pequeño era fenomenal, llena de emociones fuertes y una disputa constante de quién podía tener más tiempo con Malya. Algo que era comprensible, tomando en cuenta que por mucho tiempo no compartió con su hermana como era debido y ...