Andrea y Daniela - Relatos Eróticos

Andrea y Daniela

... ¿Ha sido larga la noche, Andrea?

- Normal, tampoco vine muy tarde ni hice nada especial. - respondió la chica.

- Será entonces que has dormido bien. - intervinó Daniela.

- Muy bien, Dani - aseguró Andrea - Pero seguro que vosotros lo habéis pasado mucho mejor que yo.

- ¡ Andrea! - exlamó el padre - Sabes que no me gusta que hables de esas cosas.

- No te enfades, amor - intervinó Daniela - la niña solo estaba bromeando. No vayas a pensar que nos espia por la noche, jajajaja.

- O que sois muy ruidosos jajajaja - dijo Andrea.

- No me gusta hablar de esas cosas - insistía el padre - Son cosas íntimas.

- Vale, amor, no te enfades, ya no hablamos más de eso - sentenció Daniela.

Andrea calló, prefería observar a Daniela que estaba preciosa luciendo un pantaloncito corto y una blusa. "¡Qué suerte tienes, papá, de poder follar con ella todas las noches", pensaba Andrea.

Los días pasaban pero, aunque lo intentaba, Andrea no podía sacar a Daniela de su mente. Prácticamente cada noche se masturbaba pensando en ella. Una tarde, cuando se encontraba sola en casa, decidió entrar en la habitación su padre, quería llevarse unas braguitas de Daniela, cosa que consiguió sin buscar mucho, ya que, como tenía prisa, la cardióloga había olvidado llevar sus braguitas usadas a la zona de la ropa sucia y habían quedado tiradas en el suelo, eran de color rosa, de un tamaño normal. Andrea, al verlas, las cogió y las olio, le encantaba el aroma de aquellas braguitas, así que no dejaba de olerlas una y otra vez. Era el olor íntimo de Daniela y le encantaba, con él se puso caliente enseguida. Así que se quedó completamente desnuda y decidió tumbarse sobre la cama que, normalmente, compartían Daniela y su padre. Sabía que hasta la noche no iban a volver ninguno de los 2 y le excitaba todavía más estar echada sobre la cama donde dormía Daniela. Así volvió a poner las braguitas en su cara y las olía, luego pasaba su lengua por ellas para volver a olerlas.

- ¡Qué bien hueles, Dani! - exclamaba excitada.

Después bajo las braguitas hasta sus pechos y las paso por sus peones, con suavidad.

- ¿Te gustan mis tetas, Dani? - Preguntaba Andrea sin dejar de pasarlas por ambos pezones que se ponían cada vez más duros al sentir cada roce de aquellas braguitas - ¡Muérdalas, cariño!

Tras esto bajo las braguitas por su ombligo y por sus muslos, siempre con mucha suavidad para volverlas a llevar a su boca y pasar otra vez su lengua por ellas. Luego las acercó a su húmedo sexo, pasándolas por él suavecito, de abajo a arriba, sin parar.

- ¡Cómeme el coño, Dani! - exclamaba entre gemidos - Necesito sentirte en él.

Mientras Andrea se masturbaba con las braguitas de Daniela, ésta entraba en casa, iba a ir de compras con una amiga pero ésta no se encontraba bien y decidieron dejarlo para otro día lo que propició que Daniela volviera a casa mucho antes de lo esperado. Y al entrar en su habitación sorprendió a Andrea haciendo aquello con sus braguitas y ...