Andrea y Daniela - Relatos Eróticos

Andrea y Daniela

... exclamando, entre gemidos, cosas sobre ella. La cubana se quedó de piedra mirando a la chica y no sabía muy bien que hacer y Andrea estaba tan metida y disfrutando tanto con su masturbación que no se había apercibido de la llegada de Daniela.

- ¡Así, Dani, así! - exclamaba Andrea - ¡Eres tan hermosa, te deseo tanto!.

Daniela seguía sin saber que hacer, estaba como paralizada mirando a Andrea, seguramente nunca hubiera imaginado que le gustaba a la chica y mucho menos que se masturbaba de una manera tan apasionada pensando en ella. De repente, Andrea alzó la vista y observó que tenía delante a Daniela pero no se detuvo, quizás porque se dío cuenta de que Daniela llevaba allí un rato y no había dicho ninguna palabra de desaprobación o porque pensaba que podía ser su oportunidad de poder hacer realidad sus húmedos sueños. Así, siguió pasando las braguitas de Dani por su coño pero ahora mirando a ésta a los ojos.

- ¡Me gusta tanto sentir tus braguitas en mi coñito, Dani! - le decía Andrea - ¡Huelen tan bien!

Daniela estaba todavía más sorprendida al escuchar aquello.

- ¡ Eres tan hermosa! - seguía Andrea - ¡Tu cuerpo es perfecto, me vuelve loca!

Andrea estaba empezando a sentirse extraña, a tener calor.

¡ Ven conmigo, Dani! - volvía a seguir Andrea - ¡Te deseo, te deseo tanto!

Daniela, por fin, decidió acercarse y se sentó en la cama al lado de Andrea, que se levantó para quedarse sentada a su lado.

- Esto no está bien, Andrea - acertó a decir Daniela - ahora acabas y luego...

Andrea le puso la mano en la boca, silenciándola, luego cogió su mano derecha y la llevó hasta su coño.

- ¿Qué haces, Andrea? - preguntó Daniela

Andrea no contestó, se limitó a llevar la mano de Daniela por su coño, de arriba a abajo.

- ¡Para, por favor, Andrea!

Pero Andrea no paraba, todo lo contrario, seguía conduciendo la mano de Daniela por su coño mirándola a los ojos con cara de deseo hasta que Daniela decidió comenzar a masturbarla. Al sentir que los dedos de la cubana entraban en su sexo, emitió un tremendo gemido. Mientras Daniela metía y sacaba 2 dedos del coño de Andrea que no dejaba de mirarla a los ojos.

- ¡Qué bien lo haces nena! - gritaba Andrea - ¡Sigue, sigue, ahhhhh!

Daniela también estiraba el clitoris de Andrea varias veces que se encontraba en el paraíso.

-¡Fóllame, mi diosa, fóllame así!

Andrea gemia y gritaba sin parar, y no dejaba de sentir espasmos de placer por todo su cuerpo hasta que éste explotó en un intensisimo orgasmo con unos gritos y gemidos que seguro que hubieran roto cualquier aparato de medir el sonido.

Después, Andrea no dejaba de mirar con cara de satisfacción a Daniela.

- Ahora ya puedes vestirte y marcharte, Andrea - dijo Daniela - Solo espero que tu padre no se entere nunca de esto.

Pero Andrea se limitó a sonreír y a hacer gestos de negación con la cabeza. Estaba bastante claro que no quería marcharse todavía.

- Andrea, creo que te he dado lo que querías, así que te ...