Andrea y Daniela - Relatos Eróticos

Andrea y Daniela

... Daniela se movía sobre el cuerpo de su amante, que la sujetaba con fuerza por las caderas, subía y bajaba de forma rítmica y los 2 parece que disfrutaban mucho.

- ¡Qué rico me lo haces, mi amor! - exclamaba Daniela entre gemidos - ¡Así, así, dame más mi niño!, ¡Ahhhhhhh!

- ¡Muévete, muévete así! - le pedía él a la vez que le sujetaba con más fuerza las caderas - ¡Quiero que me sientas y disfrutes!.

Andrea no podía quitar los ojos de Daniela, como se movía ese cuerpo escultural tan bonito, sobre la polla de su padre, como disfrutaba. Para Andrea era la mujer más hermosa del mundo y así todavía le parecía más. Andrea solo tenía ojos para mirar a Daniela y, sin querer, hizo un pequeño ruido que ni su padre ni Daniela, ocupados como estaban, acertaron a escuchar, sin embargo, Andrea decidió marcharse a su habitación antes de que la descubrieran. Ya en su cuarto, se puso la ropa de dormir, un pijama, y se acostó sobre su cama pero no tenía nada de sueño, no hacía nada más que pensar en Daniela. En su mente la veía, una y otra vez, haciendo el amor con su padre, subiendo y bajando, así, Andrea no pudo evitar comenzar a acariciar su cuerpo, desabrochó los botones de la chaqueta del pijama, dejando sus pechos al descubierto, y comenzó a acariciarlos con suavidad, aunque enseguida fue frotándoselos cada vez de forma más apasionada. En su mente no dejaba de ver a Daniela, lo que hacía que cada vez se pusiera más cachonda. Así retiró también el pantalón del pijama y sus manos dejaron sus pechos y fueron hacía su coño, cubierto por unas minúsculas braguitas, retiró la parte que cubría su húmedo sexo, y empezó a acariciar sus labios vaginales y su clitoris, en ese momento, la imagen de su mente cambió, ya no veía a Daniela encima de su padre sino encima de ella misma, Daniela seguía sentada y moviéndose, pero, esta vez, sobre la boca de Andrea, que imaginaba que tenía sobre su cara a la hermosa cubana, a la que le comía el coño, sujetándola de las nalgas. Sentía en su mente como su lengua y sus dedos entraban y salían del coño de Daniela que no dejaba de moverse de forma acompasada pidiéndole más y más a Andrea que no dejaba de dárselo. Mientras imaginaba esto, Andrea se masturbaba con una inusitada pasión, su deseo por Daniela era tan grande que hacía que sus 2, al principio, dedos, luego 3 entraran y salieran con facilidad de su coño que estaba empapado. Gritaba, gemía y se penetraba con locura. Así hasta que, sin quitarse de su mente la imagen de Daniela follando su boca, tuvo un tremendo orgasmo gritando el nombre de su amada, soltando una gran cantidad de flujo que manchó su cama. Andrea por fin pudo quedarse dormida, eso si, deseando volver a tener sueños con Daniel.

Al día siguiente, que era festivo, Andrea coincidió en el desayuno con Daniela y con su padre.

- ¿Te has fijado en lo bien que se ve hoy a tu pequeña, amor? - preguntó Daniela al padre.

- Es verdad, cariño, - respondió él - tiene cara de haberlo pasado muy bien esta noche. ...