Años 70: De negocios y sexo con su suegra 2 - Relatos Eróticos

Años 70: De negocios y sexo con su suegra 2

... guarra.

Por la mañana los hombres se ducharon y salieron a desayunar. Fernando y Carmen desayunaron con ellos.

- Bueno, resumiendo - dijo Fernando - vuestra tarifa ya la se. Ya nos haréis algún descuento por cliente habitual. Entonces os necesitaremos algunos fines de semana, y el objetivo será darle placer a esta señora y señorita, que tendrán algún otro amigo con ellas, pero que muy probablemente no la sepan hacer disfrutar.

- De acuerdo.

- Pues lo dejamos así. Este verano os llamaremos un par de veces. ¿Qué disponibilidad tenéis?

- Yo estoy casi retirado de este mundo - dijo Fede - pero estaré siempre disponible. Solo tengo un par de clientas habituales. Eso sí, sólo puedo por la tarde o noche, tengo una agencia inmobiliaria y, a veces, tengo que enseñar casas. Los fines de semana, puedo.

- Yo estoy más ocupado - dijo Hugo - trabajo tres veces a la semana en un club donde van mujeres. Es un sitio clandestino muy selecto, ya me entendéis.

- Bueno, podríamos plantearnos algo parecido nosotros. Si tienes alguna clienta que necesite un sitio muy discreto para que os la folléis, nosotros podríamos abrir esta casa para eso. Está lejos de Madrid, pero por eso es discreto.

- Pues ahora que lo dices - dijo Fede - tengo un par de señoras que ya no pueden venir a casa porque han puesto un nuevo bar debajo y hay muchos transeúntes que las podrías reconocer. Podría ser interesante traerlas aquí.

- ¿Y de que perfil son? - pregunto Fernando - quiero decir que cómo son.

- Pues una es marquesa de algo y la otra la esposa de un propietario de un banco.

- Parece interesante. Carmen, tu seguro que las conoces, no podrás estar aquí.

- Precisamente podré estar, porque las tres vendremos a lo mismo y a ellas les dará más confianza estar con otra golfa como ellas.

- Visto así. ¿Y vienen juntas? - preguntó Fernando.

- Si, se lo hacen entre ellas y conmigo. Fernando, tu podrías echar una mano. Son del estilo de Carmen, unas señoras maduritas estupendas, con clase.

- Ni tengo el pene que tienes tu, ni se hacerlo como tú. Yo soy del montón.

- Eso no es problema, cuando están zorreando se meten entusiasmadas cualquier cosa.

- Ves Fernando, Miren y yo no somos las únicas - dijo Carmen

- No, eso es verdad - dijo Fede - vosotras sois hasta casi modositas comparado con lo que hay por ahí.

- Bueno, es otra línea de actuación. Necesitaremos una tapadera aquí. - dijo Fernando. - Algo benéfico, donde esas señoras puedan justificar su presencia si alguna vez las siguiese la prensa o sus maridos.

- En eso tienes razón - dijo Carmen - una asociación benéfica será ideal, y reunirnos a dilucidar que actuaciones vamos a hacer y si alguna vez dicen algo o vienen a vernos, pues estamos en ello. Podríamos dejar uno de los salones a tal fin.

- Bien, lo pensaremos.

- Bueno pues ya está. Por cierto, ¿cómo se ha quedado mi esposa?

- ¿Es tu esposa? - preguntó Hugo

- Si claro, ¿hay algún problema?

- No, nada. Es extraño ...