1. Sí, me gustó.


    Fecha: 03/08/2019, Categorías: Gays Autor: theobserver1, Fuente: RelatosEróticos

    ... lentamente.
    
    -¡Pequeño cabrón! –dijo tosiendo mientras se levantaba-.
    
    Al parecer iba a decir algo más pero la tos se lo impidió. Pude ver como sus ojos lloraban y temí que me hubiese excedido. Lo miré con preocupación pero después el me sonrió y supe que todo estaría bien.
    
    -Ahora me tendrás que ayudar –dijo habiéndose recuperado-.
    
    Pensé que sería su venganza, que se iba a cobrar de la misma manera conmigo y me asuste´, pero dijo sin interrumpirse a sí mismo:
    
    -Sabrás, yo soy fetichista de pies, es decir, me excita lo que tenga que ver con ellos y he visto que tienes unos muy bonitos. Quiero correrme en ellos.
    
    Inmediatamente, y sin que pudiera decir nada más, acepté. Después de todo prefería eso a que quisiera terminar en mi mano, o peor aún en mi cara o en mi cuerpo.
    
    Me senté nuevamente y le extendí mi pie derecho. Empezó a frotar su pene mientras hacía como que follaba el espacio entre mi pulgar y el dedo medio. Debió estar sumamente excitado porque no tardó mucho en correrse. Sentí como su leche se impregnaba entre mis dedos y me escurría por la planta del pie y una gota por ahí en mi tobillo. Él se limitó a lamerme todo el pie y sus rincones, hasta dejármelo bien limpio. Lo consideré extraño pero no puse objeción, más valía terminar pronto con eso.
    
    Viendo aquello, repentinamente volví a la realidad. Vi de nuevo a aquellos hombres mirarnos. Ahora eran más, quizá unos diez o quince y habían observado todo el espectáculo. Me ruboricé, me cubrí con la toalla y salí corriendo a los vestidores, y Néstor vino detrás de mí.
    
    -¿Qué pasa? –dijo.-
    
    -¿Cómo que qué pasa?¿Qué no te das cuenta? Lo han visto todo. Me han visto, ¡Nos han visto! ¿Cómo pude dejarme llevar?
    
    -Oye, no te pongas así, de verdad que es lo más normal aquí.
    
    - Sí, pero no estoy yo ahí, además, he actuado como un salido… No, no puedo seguir aquí, ya me voy
    
    Empecé a vestirme ante la mirada triste de Néstor, era obvio que no quería que me fuera. Si fuera un romántico, diría que hasta se había enamorado de mí, de su machito miedoso pero intrépido.
    
    -Al menos dime como te llamas.
    
    -Leonardo –mentí-. Leonardo Díaz
    
    -¡Qué hermoso nombre! Pero, ¿podrás darme tu número de teléfono, tu Facebook, tu e-mail?
    
    -Búscame en Facebook por mi nombre –dije-. Ahí encontrarás también mi correo.
    
    Entre las prisas inventé un número telefónico falso, y después caí en cuenta que la clave de mi ciudad no coincidía. Al parecer Néstor echó de ver que le mentía y me dijo:
    
    -Vengo aquí todos los miércoles, más o menos a las 11. Como hoy. Aquí podrás encontrarme –y esbozó la más grande sonrisa que había visto en él hasta ahora.-
    
    -Es bueno saberlo –me limité a contestar-.
    
    Esa sonrisa removió algo en mi interior. Ahora lo veía más atractivo. Me había dado seguridad, había sabido ser mi amigo, me había hecho sentir único y comprendido. ¿Me enamoré? Aún no era tiempo de decirlo. Apenas lo conocía y lo único que quería era salir de ahí.
    
    Crucé el lobby rápidamente sin ...
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