1. Viaje de un jubilado (De vuelta en España) 25


    Fecha: 02/08/2019, Categorías: Incesto Autor: tauro47, Fuente: TodoRelatos

    Tuve una idea pérfida al pedirle que sacada unas mini botellas de whisky, lo hice con la idea de jugar al“manido jueguecito” de la botella, con la poca ropa que llevábamos era tentador, pues tanto Fiorela como Ana llevaban una indumentaria muy escasa y aunque no era muy erótica me producía el mismo efecto, me prometía un buen rato pidiendo o pagando“retos” muy interesantes.
    
    Fiorela, aunque avisó que no se iba a poner ropa, seguramente por provocar a Ana, al final trajo una camiseta que parecía cortada“descuidadamente”,justo por debajo de las tetas que, a cada movimiento de los brazos se le asomaban por debajo las dos curvas altas y duras, además unas bragas de bikini, con las sisas bien altas, que le hacían una piernas larguísimas, Fiorela quería demostrar que con cualquier cosa lucía como una belleza total.
    
    Ana, como vino solamente para hacer una consulta, apenas llevaba su camiseta gigante, por supuesto su tanga era tan mínimo que se le marcaban los labios como una calcomanía. Yo con mis pantalones cortos del pijama, procuraba sin éxito, que la polla no saliera pierna abajo, aunque por el momento, lo conseguía.
    
    Pero las pretensiones que tenía no salieron como esperaba, por supuesto las chicas sacaron las botellas de licor y luego repetimos, realmente la cantidad que tenían era más o menos como una copa corta pero nos animamos los tres, Ana seguía con su trabajo de preparar la ruta del día siguiente y Fiorela, a mi lado, me ayudaba buscando la mejor combinación, yo remiraba mis notas para sacar el máximo partido, sin dejar de ojear a mis costados, por un lado tenía a Ana que se pegaba a mí para comprobar mis notas, y por el otro a Fiorela, que también se arrimaba aplastándome las tetas sobre mi brazo para no perderse detalle.
    
    Debajo de la maraña de folios, sobre mis piernas, la polla daba saltos ya fuera del pantalón, pero ellas no daban señal de inmutarse, aunque los papeles saltaban impulsados desde abajo.
    
    Esperaba impaciente a que Ana cerrara la carpeta y descubriera la polla saltando debajo, sabía que Fiorela contaba con ello y quería ver su reacción también, pero en aquel momento llamaron al teléfono.
    
    La argentina se retorció hasta alcanzar al aparato, provocando que sus piernas se abrieran por completo, mis ojos no pudieron disimular cómo miraba y admiraba los labios del coño de la médica, que con la mala postura se salieron del bikini, a Ana tampoco le pasó inadvertido y sonrió con picardía. Yo me las prometía felices pero cuando me puse el auricular al oído, todo cambió.
    
    Mi mujer estaba sujetándole el teléfono y a la vez se reía con ganas, aprovechó para preguntarme cómo iban las cosas y los próximos sitios que íbamos a visitar, yo estaba nervioso, porque vi que Ana recogía sus papeles de mis piernas descubriendo que mi polla se había desmayado con la conversación de mi nieto, comprendió que el encanto de la noche se había roto y recogió todo, y mientras, mi mujer seguía preguntándome detalles, Ana se despidió con la ...
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