1. Vuelvo a ser follado por el mecánico de Cabarcos.


    Fecha: 01/08/2019, Categorías: Gays Autor: Danisampedro91, Fuente: SexoSinTabues30

    Después de haberme roto el culo cuando me llevó a su casa, el mecánico de Cabarcos para follarme el día que me encontró en la puerta de salida de la estación de autobuses, cuando me veía pasar por la calle donde trabajaba, calle que era paralela a la de donde yo vivía, vamos que no había ni 100 metros de distancia desde el portal de mi edificio al concesionario donde trabajaba él, cada vez que me veía, siempre me hacía alguna seña a modo de saludo.
    
    Su nombre real era José, tendría de aquellas unos 50 años, le calculo yo, año arriba o abajo, ya que pudiera ser que tuviera 55 cosa que realmente no lo sé, pero vamos que rondaba esa edad. Era de 1,75 de estatura aproximadamente, unos 10 centímetros más alto que yo, estaba delgado, no tenía panza, vamos que estaba bastante bueno físicamente, de polla no andaba mal, estaba bien armado, siendo normal de larga, 15 o 16 centímetros, lo que sí era, es que era una polla bastante gorda, esta junto a la del portugués que fue la polla más grande y gorda que jamás vi, y a la de un tal Felipe, el cual me cogió en una ocasión, relato que escribí y titulé, “Insistió e insistió, hasta que consiguió hacerme suyo”, fue la polla más gorda que vi, polla que me metió por el culo y siendo el único que me hizo sangrar. Tenía como digo una polla bien gorda, no estaba circuncidado, la piel del prepucio le cubría el gordo glande y como digo le mediría unos 15 o 16 centímetros, cosa que calculo yo, ya que nunca se la medí ni por supuesto le pregunté, nunca le pregunté eso a las personas con las que estuve.
    
    Pues como digo, desde ese día que me hizo suyo en su casa, ahora cada vez que me veía, siempre me hacía alguna seña a modo de saludo, yo cada vez que lo veía y me saludaba, me moría de vergüenza, me ruborizaba poniéndome colorado a más no poder. Me acordaba de cuando me había llevado a su casa para darme por el culo, como me había colocado boca arriba sobre su cama, como me había inmovilizado completamente, haciéndome luego suyo. Cada vez que lo veía, me acordaba de eso y sentía vergüenza. Lo veía y sabía que me gustaba, pues físicamente no estaba mal, era una persona que me atraía y me había gustado como me había hecho suyo. Al principio había sido muy brusco y me había hecho bastante daño, pero luego la cogida que me había dado me había gustado, vamos que la tenía grabada en el cerebro y no me desagradaba para nada.
    
    Ya había pasado más de un mes, cuando un día al pasar por enfrente al concesionario donde trabajaba de mecánico, este al verme, además de hacerme la seña a modo de saludo, me llamó para que me acercara. Yo todo muerto de vergüenza, ruborizado como me estaba poniendo, me acerqué para ver que era lo que me quería.
    
    Al llegar a la entrada al concesionario donde estaba él en la puerta, me empezó a preguntar que tal estaba, esto luego de saludarme como si fuéramos amigos o conocidos de toda la vida, cosa que, por supuesto a mi no me importaba nada, solo que a mí me daba mucha vergüenza cada vez que lo ...
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