Acuerdo en tacones - Capítulo 5 - Relatos Eróticos

Acuerdo en tacones - Capítulo 5

... cada vez que ella reía y bajaba su pecho ofreciéndole justo de frente esos turgentes pechos que parecían querer salirse. Estaba claro que la situación se estaba poniendo cada vez más caliente. y no estaba muy seguro de hasta dónde nos iba a llevar este juego de Elena, pero desde luego a mí me estaba poniendo también a cien...

Todo parecía salir rodado, mejor incluso de lo esperado, viéndola totalmente entregada en esa cena que estaba resultando todo un éxito. Por otro lado, veía a Oscar desplegando todo su repertorio tratando de agradarle a ella, como si fuera él quien quisiera vender el proyecto en lugar de nosotros, y sospechaba que Elena debía repartir a partes iguales por debajo de la mesa, ya que, de vez en cuando veía las manos de Oscar desaparecer debajo del mantel. Quise comprobarlo en otra fugaz incursión para recoger de nuevo mi servilleta, para observar cómo estaba dando un masaje al pie de ella que estirado, lo tenía colocado sobre su paquete y jugueteando con la punta de sus dedos, alimentando una erección a nuestro hombre que a esas alturas debía ser contundente...

No podía negar que me hubiese gustado seguir con ese juego, pero armándome de valor, quise poner el punto en el lugar exacto que habíamos pactado previamente, llegando a ese punto exacto y proseguir con la reunión al día siguiente, según lo acordado. Así que anuncié:

- Bueno, lamento tener que decir esto, pero creo que lo mejor será retirarnos a descansar, mañana tenemos la reunión en sus oficinas a primera hora, y debemos estar en forma y descansar, espero que sepan disculparnos... - dije, a la vez que hacía el gesto para que me acercasen la cuenta y pagar la estupenda cena que nos habían servido.

Nuestros tres hombres se quedaron ciertamente chafados y casi irritados por cortar en semejante momento, pero eso también era parte de nuestro plan.

- ¿Ya? ¿tan pronto? ¿en serio? - preguntó Oscar, claramente decepcionado, ya que parecía claro que esperaba que esa noche terminase para él de manera brillante...

La mirada que me echaba Elena era una mezcla de desilusión, por un lado, porque su calentura debía ser máxima, pero por otra, victoriosa de haber conseguido con creces nuestro primer asalto.

- Si, lo lamento ingeniero- añadió ella con su seductora sonrisa a Oscar, agarrándole de la muñeca suavemente- créame que he disfrutado muchísimo de su compañía esta noche, pero lo cierto es que mañana tenemos que estar concentrados.

- Pero esta noche yo tenía pensado... en fin lo estaba pasando de maravilla en su compañía - las palabras de Oscar salían atropelladas mientras retiraba su mano de debajo del mantel.

- Francamente, ingeniero, yo también lo estaba pasando muy bien – intervino ella - pero yo debo descansar, hemos hecho un viaje largo, y nos gustaría que mañana queden muy satisfechos de nuestra presentación. Le va a gustar...

- Les va a encantar. - lancé yo eufórico, para incrementar esa tensión.

Elena afirmó sonriente para continuar:

- Le ...