Merche y sus guarradas en el mercado - Relatos Eróticos

Merche y sus guarradas en el mercado

... agarrando sus pollas sacó a los gemelos del baño y se dirigió al sofá.

-Despelotarse que me vais a follar. Rachid, guapo, ven que te coma la polla mientras – dijo la rubia que por fin se podía tocar el coño con sus dedos mientras hablaba.

Mientras los hermanos se desnudaban, Merche tragaba polla moruna. El moro que ya había comprobado que estaba ante una autentica cerda, agarraba el pelo de la rubia por su cola y apretaba la cabeza de la puerca hembra hasta que no entraba más polla. La rubia por su parte, se dejaba follar la boca de esta forma tan salvaje y llevaba sus manos a los muslos canijos de aquel follador de bocas. No se habían quitado aun el pantalón del chándal los gemelos cuando el primer caño de vómito brotó de las entrañas de la rubia. A pesar de esto, en clara señal de que quería más caña, Merche no dejó de mamar.

Su desayuno, un Cola Cao y un mollete de pan, comenzaba a resbalar por el vientre del moro.

-Aghhh que pedazo de puerca eres rubia, que gusto – dijo Rachid.

En una segunda arcada la rubia terminó de vaciar su estómago. Trozos de pan flotaban en el suelo en un líquido de tono marrón oscuro.

-Venga que ya estamos, rubia – dijo José con su polla en la mano.

-Rubia, ya estamos – dijo Miguel.

Merche se levantó del sofá. Rachid recogió con su mano la vomitona más espesa que quedó en su polla y la llevó a la boca de Merche con su mano a modo de cuchara. Y antes de que la rubia lo tragase, se lanzó a comerle la boca intercambiando salivas y vómito, pero de forma tan cerda por parte de los dos, que no desperdiciaron ni gota.

A la vez que se producía esta asquerosa escena, José se había tumbado en el sofá. Tuvo que tirar al suelo alguna bolsa con algún asqueroso contenido y alguna caja de pizza de varios días. El sofá era viejo, estaba sucio, pero era ancho para poder follarse a la rubia por sus tres agujeros cómodamente.

Merche se subió a horcajadas sobre aquella polla que ella misma sujetó para dejarse caer sobre ella. Con un suspiro y cerrando los ojos indicó que acababa de rellenarse el coño de carne en barra. Notó una mano en su espalda que la empujaba obligándola a agacharse de forma que sus pezones rozaban el pecho peludo de su follador. Al momento, un gordo capullo se paseaba por toda la raja de su culo impregnándolo de baba de polla. El sonido de un escupitajo saliendo de una boca y el impacto caliente del salivazo justo en su ojete le avisó que le iban a partir el culo. La larga polla resbaló hasta meterse entera en su culo. Por un momento le pareció que los dos capullos gemelos se chocaban en su interior. Bien rellena de polla como la buena cerda que era, agachó su cabeza lo justo para que asomara por encima del brazo del sofá donde de pie esperaba el morito Rachid para seguir follándole la boca. El ritmo de los machos fue rápido desde el inicio. Parecían no creerse el tener semejante hembra a su disposición por lo que querían poder correrse antes de que en un ataque de cordura aquella rubia ...