1. Merche y sus guarradas en el mercado


    Fecha: 11/02/2023, Categorías: Fetichismo Autor: Cerditoescritor, Fuente: TodoRelatos

    ... salivazo que cayó de lleno sobre los dos gordos pezones cubriéndolos totalmente.
    
    -Ufff que bueno, cabrón. Dame uno de mocos – dijo la rubia empezando a demostrar su guarrería. Rachid carraspeó y sin soltar las tetas apuntó a la boca abierta de Merche. Con gran fuerza escupió nuevamente y de su boca salió a gran velocidad un nuevo salivazo pero esta vez muy espeso de color verde. A continuación, se lanzó a devorar las dos ubres de Merche. Rachid las devoraba con ansia antes de que la rubia se arrepintiera y cortara aquel momento de raíz.
    
    -Tranquilo guapo, que son para ti y para tus amigos – dijo la rubia ya cachonda total.
    
    Las babas del moro salían a borbotones de aquella sucia cueva que tenía por boca. En segundos las tetas estaban totalmente chorreando y la saliva resbalaba llegando ya al ombligo de Merche. La rubia tuvo que soltar su presa de carne y separando su cuerpo del moro, se pudo quitar el pantalón y el tanga a la vez. Previamente se descalzó de sus deportivas quedando totalmente desnuda excepto sus pies cubierto por calcetines blancos tobilleros.
    
    Rachid aprovechó para desnudarse también y agarrando su polla por la base la levantaba esperando que la rubia volviera a ocuparse de ella.
    
    Ahora Merche pudo verla con claridad. Era bastante larga pero fina. Muy morena, con la base totalmente ensortijada de pelos negros. Dos largos cojones colgaban llenos de lefa.
    
    El moro arrastró dos sucios y grandes cartones para situarlos a modo de alfombra. Así Merche se pudo arrodillar y catar por fin el sabor de aquella asquerosa polla. El sabor a babas saladas se mezclaba con el del meado y el sudor. Se dedicó a saborear a gusto el capullo hasta que de golpe se la tragó entera. Echando la mano a los cojones a los que masajeaba despacio, se dedicó a marcar un ritmo rápido a su mamada mientras que su mano libre acariciaba las huesudas nalgas de aquel raquítico culo y buscaba entre la maraña de pelos el ojete.
    
    -Que buena mamona eres niña- dijo Rachid sin perder ojo de la escena mientras sus manos seguían masajeando las tetas de la rubia.
    
    En ese momento se abrió la puerta y a Merche le pareció ver doble. Los propietarios del puesto de la carnicería llamada “Los gemelos” acababan de entrar por la puerta. Desde luego aquel mercado no brillaba por la juventud del personal. Dos viejos iguales como dos gotas de agua acababan de entrar. Eran José y Miguel, los dos hermanos gemelos encargados de la única carnicería que quedaba abierta. Muy delgados y altos, de piel blanca y pelo canoso. Ambos iban juntos a todas partes. En broma sus compañeros les llamaban José Miguel, como si fuera un solo nombre porque parecían que eran uno en lugar de dos.
    
    Ambos pasaron de largo dejando un olor a carne cruda inconfundible. Sin mirar, aligerando el paso en dirección al baño, dijo uno de ellos:
    
    -Otra putita ehh Rachid. Cabrón, anda que no avisas – y rieron los dos hermanos con una risa estridente y escandalosa.
    
    -No avisa porque sabe que con ...
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