1. Alberto


    Fecha: 31/01/2023, Categorías: Fetichismo Autor: ALSERRATO, Fuente: TodoRelatos

    ... sonriendo – Y luego te contesto.
    
    Y apurando de un trago la más de media copa que quedaba en el vaso, se giró y fue a por otra ante la atenta y divertida mirada de Alberto.
    
    Salió a la calle y estuvo a punto de caerse al bajar los escalones del pub. Si no hubiera sido por Alberto, sin duda habría acabado con sus huesos en el asfalto. Riéndose, le miró agradecida.
    
    - Vaya… Creo que he bebido más de la cuenta.
    
    Alberto la sonrió mientras Laura, apoyándose en él, se descalzaba los tacones y los cogía con la mano apoyando los pies en el suelo. El muchacho abrió mucho los ojos y embelesado miró como Laura movía los dedos con ambos pies firmes sobre el suelo, como asegurándose de que estaban todos tras horas encerrados en los tacones. El joven tragó saliva y se quedó mirando esos pies descalzos sobre el asfalto durante cinco segundos hasta que Laura habló.
    
    - No puedo más – dijo Laura riendo. – Creo que me voy a casa.
    
    - Te acerco. – dijo él casi balbuceando y apartando casi a duras penas la vista de los pies de la mujer para volver a ellos casi al momento durante unos segundos mientras hablaba de nuevo - Es lo menos que puedo hacer después de haberme invitado.
    
    Laura le miró sonriendo, se había dado cuenta de que sus ojos estaban fijos en sus pies; el chico se dio cuenta y retiró rápidamente la mirada, casi avergonzado, y sonrió. La mujer se mordió el labio y se le acercó. Sin los tacones, Alberto le sacaba poco más de una cabeza. Estaba bastante bebida, pero totalmente decidida a ver hasta donde quería o podía llegar ese chico... o más bien ella. Sonriendo, fue hasta él y se subió en sus zapatos, se puso de puntillas y le besó en los labios fugazmente.
    
    - Y ya de paso – dijo sonriendo – si no tienes prisa te invito a tomar algo en casa.
    
    Alberto la miró sonriendo y la agarró de la cintura. La atrajo hacia sí y la besó en la boca. Los labios de ambos se abrieron y las lenguas corrieron rápidas a buscar el roce ajeno. Las manos del chico agarraban ahora las nalgas de Laura por encima del vestido apretándolas y notando lo duras que estaban mientras le empujaba hacia él. Laura encerraba sus brazos cruzándolos tras el cuello de Alberto, dejando caer sus tacones tras él mientras sus bocas apenas se separaban. Besándose como si no hubiera un mañana, dejaron que sus lenguas siguieran inspeccionando la húmeda intimidad contraria, intercambiándose el sabor de lo bebido esa noche mientras eran observados por los puertas del local con aire divertido. Separándose, Laura se bajó de los pies de Alberto y le miró sonriendo.
    
    - ¿Dónde tienes el coche? – dijo mientras recogía del suelo sus tacones.
    
    El chico, sonriendo, sacó un papel del bolsillo del pantalón y se lo dio a uno de los puertas. Cinco minutos después, el mismo puerta dejaba en la calzada junto a Alberto y Laura un reluciente Ford Mondeo negro.
    
    Conducía tranquilo y respetando la velocidad máxima parando en cada semáforo con escrupulosa exactitud. Cada vez que lo hacía se giraba ...
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