1. Mi esposa y el gringo


    Fecha: 29/07/2019, Categorías: Confesiones Autor: Complice, Fuente: CuentoRelatos

    ... llamarla puta delante de él y me gustó plantar en su pensamiento que ella era una puta fácil. Mi esposa estaba feliz dándose besos con lengua y sintiendo las manos de su galán sobre sus tetas.
    
    En la privacidad del hogar y sin nuestros hijos en casa, de momento, los tres disfrutábamos de la morbosa situación. Le dije a él que se quitara la camisa, y a ella que se volteara hacia él. Se siguieron besando profundamente, y mientras él le manoseaba rico las tetas le dije a mi esposa que le acariciara la verga por encima del pantalón. Luego le dije a él que le levantara la falda y le acariciara el culo. A mi esposa le susurré que le dijera que estaba excitada. Por supuesto que ella me preguntó cómo se decía eso en inglés y le dije "I am your bitch!", lo cual hizo furor en él pues ella lo dijo en el mismo momento en que él le estaba agarrando el trasero con una mano. Al oirlo, él se decidió a meter sus dos manos por debajo de las bragas y agarrarle el culo descaradamente. A mi mujer le gustó eso y sintió que yo verdaderamente la estaba ayudando.
    
    Le quité la falda a mi esposa y le dije a él que abriera su cinturón y soltara sus pantalones. Ella vio lo que él hacía, y obedeció cuando le dije a mi amorcito que se pusiera de rodillas. Seguramente que ella pensó que era para ayudarlo a que se quitara los pantalones y por tanto ella le bajó los pantalones. El quedó en calzoncillos. Ahí le dije a mi mujer que acariciara con su rostro la verga para agradarlo y excitarlo más, y que le dijera que estaba "excitada". Ella repitió lo aprendido... y le volvió a decir que ella era su "bitch". Hubieran visto la cara de felicidad de ese hombre al tener delante de sí a una mujer casada acariciándole la verga con la cara y diciéndole que ella era su puta!
    
    Luego le dije a ella que le bajara los calzoncillos, donde apareció una imponente verga, y me arrodillé a su lado y le pregunté si él era un hombre guapo. Ella me dijo que sí, y yo le dije que tomara la verga con la mano y la acariciara. Mi esposa lo hizo con mucho gusto, y sobre la misma le dije que ese momento era su gran oportunidad no sólo de mamarle la verga sino de dejarlo a él encantado con lo que ella sabía hacer con sus labios y su lengua. Mi mujer estaba como en piloto automático y obedecía todo lo que yo le proponía.
    
    Me puse de pie, y le di la mano a mi corneador para que viera que todo iba bien y que él contaba con mi apoyo. Le dije "goza de esa puta sucia", "mira cómo disfruta la perra de mamar una verga!", "a ella le gusta que la usen y la dominen". Todas las cosas groseras y vulgares que yo quería decir sobre mi esposa yo las aprovechaba de decir ahí, total mi amorcito por un lado no entendía, y por otro lado estaba feliz mamando la verga de su guapo semental. Hice que él mismo gozara diciéndole groserías cada vez más morbosas, y yo le interpretaba a ella en la versión "él dice que tú eres muy bella", "también dice que lo mamas muy bien", "que tienes las tetas más lindas del mundo".
    
    Luego los ...