1. Recuerdos de hermanos 2


    Fecha: 23/01/2023, Categorías: Incesto Intercambios Lesbianas Autor: Edwardo2, Fuente: SexoSinTabues30

    ... acariciándose dentro de un carro viejo en el interior del patio de su casa. Nos imaginamos muchas cosas, pero afortunadamente no sucedió nada de eso, aunque ni mi hermano ni yo, pudimos ya dormir hasta más entrada la noche.
    
    A la mañana siguiente nuestra madre nos sirvió el desayuno cómo si nada hubiera sucedido, no hubo palabras entre ninguno de nosotros. Solo su mirada que aparentemente desaprobaba lo que había presenciado, sacudiendo su cabeza. Nuestro padre había ya salido a su trabajo, como todos los días a la compañía en la cual laboraba. Luego nos apuramos para salir yo a dar mis clases como maestra y Edgar a su trabajo, aunque sí algo desvelados, con ojeras y con sueño.
    
    Por si fuera algo por demás raro, me acerqué para darle su beso en la mejilla como siempre lo hacíamos mi hermano y yo antes de salir y no me rechazó ni pasó nada desafortunado… a excepción de un ligero movimiento de su cara cómo signo de una nueva desaprobación a lo que había presenciado. Mi hermano también se acercó con cautela y le dio su beso, a él tampoco lo rechazó. Al salir de la casa y tomar cada quien nuestros carros, Edgar me nalgueó como acostumbraba hacerme sin que mamá se diera cuenta y yo simplemente le sonreí diciéndole que luego platicaríamos sobre lo sucedido.
    
    Lo más curioso pasó luego, cada quien por la tarde noche tomamos por separado nuestro acostumbrado baño en la regadera del cuarto trasero de la casa, el cual utilizaba paquetes de aserrín para calentar el agua, pues aún o teníamos un boiler de gas, mientras nuestra madre cocinaba la cena, más tarde nuestro padre regresó a casa como siempre y sin que hubiera ningún tipo de reclamo por parte de ambos nos sentamos a la mesa para saborear las ricas dobladas de frijol que había preparado mamá acompañadas con café de la olla y pan dulce. Mi hermano y yo nos retiramos a nuestra recámara como de costumbre, aparentemente nada había cambiado, todo continuaba igual. El ropero rosa con sus dos puertas con espejos donde tantas ocasiones vimos nuestros reflejos abrazados, apuntando hacía mi cama, el buró con su lámpara para alumbrar antes de acostarnos y las luces de las lámparas de tres platos colgando del techo de dos aguas que iluminaban nuestra habitación.
    
    Comenzamos a desvestirnos como siempre cuando escuchamos que mamá tocaba a la puerta.
    
    Volteé mi mirada al ver que el cajón del buro se encontraba medio abierto, por lo que quise cerrarlo, pero grande fue nuestra sorpresa al encontrar varias envolturas redondas como los sellos de las botellas de leche de sello rojo o amarillo que se expendían antes y que eran de vidrio. Pero estos sellos eran dobles y al abrirse… había condones… dentro.
    
    Nos quedamos viendo asombrados mi hermano y yo.
    
    Nuestro padre varias veces había discutido con nuestra madre de ciertas cosas que a nosotros nos parecían sin sentido y que no entendíamos, algo que al parecer tenía que ver con los hermanos de ella. El hecho parecía girar sobre el por qué la tía Luz y el tío ...
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