Rosita 2 - Relatos Eróticos

Rosita 2

... entre mis piernas, para luego tomar el escalpelo de nuevo.

Comencé a llorar y moví mi cabeza con más énfasis intentando pedirle que parase pero mis gritos eran ahogados por la mordaza.

Luego cogió la tapa del bote y lo cerró satisfecha con una sonrisa de oreja a oreja.

-ya está, ya tengo lo que es mío- dijo levantando el bote y mirando su interior satisfecha -tus huevos son míos- y me mostró el bote donde pude ver lo que parecían dos bolitas de carne.

Mi mente se nublo y empecé a noquear a causa de las lágrimas, la desesperación se apoderó de mí… me acaba de estirarme los huevos como si lo hiciera habitualmente.

La vi manipular entre mis piernas sin saber muy bien que hacía pues las lágrimas nublaban mi vista.

-ya está cosido, ahora no pero luego te dolerá un poco por los puntos-

Dijo mirando satisfecha su trabajo -bien ahora te mostraré los primeros efectos de lo que te acabo de hacer-

Deshizo el nudo de la goma que mantenía mi polla erecta y esta cayó al momento empequeñeciendo y casi desapareciendo entre el arrugado pellejo de mi polla.

-ves? Ya no se levantará nunca más- dijo mientras se quitaba los guantes.

-Tampoco es que se note mucho la diferencia jajaja - se burlo mientras le daba golpecitos con el dedo.

Luego se levantó y dejó el bote dentro del armario cerrándolo luego.

Recogió todo en la bandeja y se dirigió hacia la puerta.

-no te muevas, los puntos podrían abrirse- dijo antes de salir.

Me dejó solo en la habitación sollozando e intentando asimilar lo que acababa de ocurrir.

Intenté ver mi entrepierna pero no podía por la posición.

No notaba nada, mis huevos no estaban y mi polla estaba muy fláccida, intenté calmarme pero era imposible pues saber que esa zorra me había quitado mi bien más preciado y mi vida cambiaría para siempre y para postre los efectos del alcohol y la droga no ayudaban…

No sé cuánto tiempo pasó, cuánto tiempo estuve llorando sumido en mis oscuros pensamientos.

La puerta se abrió y apareció ella vestida con los shorts vaqueros y una blusa blanca desabotonada en pare y mostrando su generoso escote.

-bueno espero que hayas entendido lo que acaba de pasar, eres mío, eres mi esclavo… eres mi eunuco- comentó muy serio mientras yo negaba con la cabeza.

Cogió un espejito que había sobre la cómoda y se acercó entre mis piernas.

-Bien, quiero que observes tu nueva condición- dijo encarando el espejo para que pudiera ver mi entrepierna.

Cerré los ojos, no quería verlo solo quería morir y eso es lo que intentaba decirle sin éxito.

-abre los ojos idiota- dijo autoritaria.

Poco a poco los fui abriendo tratando de enfocar la vista en el espejo y miré mi bolsa escrotal, estaba enrojecida e hinchada y comencé a llorar de nuevo apartando la mirada desesperado sabiendo lo que me faltaba.

-que mires imbécil- dijo con un asomo de carcajada -fijate bien-

Enfoqué la vista de nuevo y pude ver sus manos sujetar a mis inflamados testículos.

Mi corazón se ...