Rosita 2 - Relatos Eróticos

Rosita 2

... retorciendo mi hombría con ella.

Esta vez caí al suelo hecho un ovillo y mi polla encogió hasta casi desaparecer, sentí angustia y escuche su risa cada vez más lejana.

Cuando me recuperé y conseguí incorporarme ella se había marchado, mi copa estaba sobre la mesita y junto a ella otra raya pintada, acaricie mis huevos por enésima vez para comprobar su estado y me sorprendió ver cómo mi polla estaba recuperando su fuerza.

Me hice la raya y apuré mi copa.

Me dirigí a la casa a paso lento pues me costaba mucho andar, cuando entré la vi cómodamente sentada en el sofá, se había quitado la parte de arriba del bikini y me miraba sonriente .

-pensé que nunca te recuperarás- dijo incorporándose y tomando mi mano haciéndome caminar tras ella hasta su habitación.

-túmbate en la cama- dijo tirando de mi mano -es hora de ver si conservas tus huevos o no- obedecí sin rechistar y me tumbé boca arriba.

Lentamente amarro mis manos al cabecero de la cama, luego lentamente ato cada una de mis piernas inmovilizando por completo.

Mi cabeza me decía que tenía que parar aquello pero estaba totalmente sometido a ella.

Acarició mi pecho y mi vientre hasta llegar al tanga y arrancarlo de un tirón.

-eso ya no hace falta- dijo mientras gateaba por encima de mi hasta ponerse a horcajadas sobre mi cara y paratando a un lado su tanga.

No me hicieron falta más explicaciones, mi lengua recorrió sus labios vaginales y pude escuchar sus gemidos, abrí mi boca y sorbió su clítoris notando su excitación.

Comenzó a frotar du coño contra mi boca y noté como estaba cada vez más mojada.

Luego se apartó bajando por mi cuerpo frotando su coño contra mi pecho hasta llegar a mis huevos.

Gemí por el dolor de mis huevos y por mi excitación y vi como estaba el nudo que unía el hilo de su tanga mientras no dejaba de frotarse contra mis hinchadas bolas.

Se quitó el tanga y lo uso para amordazarme, luego cogió mi dura polla y la colocó a la entrada de su coño metiéndola poco a poco.

Quise tomar sus nalgas, pero las ataduras lo impedían, quise coger sus pechos pero las ataduras lo impidieron.

Posó sus manos sobre mi pecho y comenzó a cabalgarme con fuerza, mi polla entraba y salía de su coño mientras sus gemidos resonaban en la habitación mientras los míos eran amortiguados por el tanga.

-disfruta de tu última corrida- dijo entre jadeos y acelerando el ritmo.

No tarde en notar su corrida deslizándose por mi polla y pronto note como mi polla comenzaba a escupir chorro tras chorro dentro de su ser mientras ella se llevaba las manos a las tetas.

Poco a poco cesó en sus movimientos y fue sacando mi polla de su coño.

-bien- dijo todavía jadeante -a llegado el momento de tomar lo que es mio-

Se incorporo y comprobó mis ataduras luego de un cajón sacó cinta americana y corto un trozo para sellar mis labios con el tanga dentro de mi boca

No podía hablar solo podía observar lo que hacía, su cuerpo desnudo brillaba por el sudor, no hablaba ...